Pese a la intensa campaña de vacunación, el territorio norteamericano es el país más afectado por la enfermedad según un estudio de la Universidad Johns Hopkins
Estados Unidos superó las 800.000 muertes por COVID-19 desde el inicio de la pandemia
La cifra es mayor que la población total de varios estados, incluidos Dakota del Norte y Alaska.
Alrededor de 450.000 de las muertes ocurrieron en 2021, a pesar de las vacunas altamente efectivas que se autorizaron por primera vez en diciembre de 2020 y que estaban ampliamente disponibles para la primavera.
La gran mayoría de los fallecimientos se produjeron entre los no vacunados.
La vacunación se remontó durante la cuarta ola de COVID-19, impulsada por la variante delta, y más del 60% de este país de 332 millones de habitantes está ahora completamente vacunado, aunque Estados Unidos aún está detrás de otras naciones ricas.
El país surfea de momento su quinta ola, con su epicentro en los estados más fríos del norte, mientras las personas se reúnen más a menudo en casa.
Ómicron, la variante más reciente del virus que ha causado alarma mundial desde que fue reportada por primera vez en Sudáfrica a finales de noviembre, ahora representa alrededor del 3% de los casos en Estados Unidos, aunque se espera que aumente rápidamente, como ha sucedido en otros países.
Las autoridades sanitarias urgen a aquellos mayores de 16 años a inmunizarse con una dosis de refuerzo para recuperar la inmunidad a niveles comparables a las dos dosis contra las variantes ya existentes.
Ante la noticias, los demócratas Nancy Pelosi y Chuck Schumer, jefes de la Cámara de Representantes y del Senado respectivamente, así como el líder republicano en la Cámara Kevin McCarthy y otros miembros del Congreso mantuvieron un momento de silencio en los escalones del Capitolio, en Washington, la noche del martes.
Más temprano, el presidente Joe Biden dijo estar “entusiasmado” con los resultados de la píldora anti COVID-19 publicados por Pfizer.
El mandatario aseguró que se trata de “otra herramienta potencialmente poderosa en nuestra lucha contra el virus, incluso contra la variante Ómicron”.
“Para asegurarnos de que estamos listos, mi administración ya ha realizado un pedido estas píldoras para tratar a 10 millones de estadounidenses”, confirmó el presidente sobre un anuncio que había hecho el 18 de noviembre pasado, al conocerse los primeros resultados del tratamiento de Pfizer. La compra le costará al Gobierno unos 5.290 millones de dólares.
El gobierno “hace lo necesario para asegurarse de que esos tratamientos sean fácilmente accesibles y gratuitos”, dijo entonces Biden.
El comunicado de la Casa Blanca de este martes afirma que las vacunas y su refuerzo siguen siendo las herramientas más importantes para salvar vidas, pero “una vez que las píldoras estén ampliamente disponibles, será un importante paso adelante en nuestro camino para salir de la pandemia”.
“La combinación de vacunas, refuerzos, tests y píldoras para aquellos que se enfermen ayudará a reducir el impacto del COVID-19 en nuestras vidas y nuestra economía”, concluye el texto.
Pfizer reportó que su píldora contra el COVID registró una eficacia de 89% contra las hospitalizaciones en pacientes de alto riesgo