Una multitud se concentró este martes en el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires para celebrar el pase de la Selección a la final del Mundial de Qatar 2022. Además, el público se reunió en los espacios públicos en los que se instalaron pantallas gigantes las alternativas del partido en el que los dirigidos por Lionel Scaloni se impusieron por 3-0 frente a Croacia.
Festejos en el Obelisco, Palermo y otros puntos de la Ciudad
Subidos a las vallas que el Gobierno porteño dispuso frente al Obelisco, los hinchas comenzaron a celebrar la victoria desde antes del final del encuentro con bombos, redoblantes y la canción ya hecha himno por la hinchada argentina en este torneo y en la que todos se subían al estribillo de «muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial».
La concentración de fanáticos provocó el corte del tránsito sobre Corrientes entre Libertad y Suipacha, en Roque Sáenz Peña entre Libertad y Cerrito, y en la esquina de Corrientes y Callao, mientras que los colectivos que habitualmente utilizan el Metrobús de la 9 de Julio vieron afectado su recorrido.
Los cantos de los hinchas eran acompañados por los bocinazos de los vehículos que todavía podían circular en calles aledañas al Obelisco.
«Estoy muy emocionado porque estamos en la final, siempre vengo acá. Con este equipo seguro vamos a ganar la final», comentó un hincha, Fabio, con lágrimas en los ojos.
Nicolás Adi llevaba puesta peluca y su cara pintada completamente de celeste y blanco. «Fue un desahogo tremendo de alegría; pensé que iba a ser un resultado más apretado sobre el final pero estoy re feliz. Ahora estoy nervioso por definir el rival y lo único que quiero el domingo es llorar de alegría», contó.
Entre otros sitios, miles de hinchas siguieron las alternativas del partido en la pantalla gigante montada en la plaza Seeber del barrio porteño de Palermo, que fue cubierta de celeste y blanco por los visitantes que llegaban con camisetas de la selección argentina de distintas épocas, la mayoría de ellas con el 10 en la espalda y el apellido «Messi».
Los vendedores ambulantes aprovecharon para sumar a su oferta de las tradicionales camisetas de la selección banderas, gorros, vuvuzelas, vinchas, remeras y muñecos con la cara de Messi y remeras con la frase ya histórica «Andá pa allá, bobo».
En el llamado «Fan fest» una multitud también celebró el triunfo con el clásico cántico «el que no salta es un inglés», lo que causó una niebla roja, producto del polvo de ladrillo de la plaza levantado por los saltos de la hinchada, y muchos desconcentraron para ir caminando hasta el Obelisco .
Con una peluca de rulos celeste y blanca y brillos en la cara, la payasa «Campanita», de 71 años, acompañaba a sus nietas mientras coloreaba los rostros de los visitantes que se lo solicitaban; en diálogo con Télam señaló: «Nuestro país necesita un poco de felicidad para nuestro corazón, soy payasa hace muchos años y este traje me lo pongo para las fechas patrias, pero este día se prestaba para estar bien argenta. Dios bendiga a Argentina, no solamente en el fútbol sino a todos sus habitantes».
Los dos goles de Julián Álvarez, y el penal provocado por el 9 de la Selección, parecen haber despertado la pasión de los hinchas que visten su camiseta y le dedican frases al aire como «Juli te amo!!».
Cubierta con la bandera argentina y con la vuvuzela en mano, estaba Verónica Padilla, que contó a esta agencia que sufrió un poquito a pesar del resultado abultado, pero que vivió el triunfo «con mucha felicidad».
Con el pitazo final, la felicidad del pueblo se desató y, entre los cánticos más escuchados, resonó: «Vení vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar».