El jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, estuvo en el punto de mira después de que una larga investigación sobre las acusaciones de mala conducta de una empleada mostrara claras divisiones entre bastidores.

Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, fue acusado de intento de injerencia en una carrera y de tratar de denegar la homologación del circuito urbano de Las Vegas que debutó en el calendario en noviembre.

«Como alguien que ama este deporte, es muy decepcionante ver lo que está ocurriendo ahora», declaró el siete veces campeón del mundo a la prensa antes del Gran Premio de Arabia Saudita, en Yeda.

Y agregó: «No se ve bien desde fuera. Creo que es un momento muy, muy importante para que la F1 muestre sus valores y se atenga a ellos, haciéndose responsable de sus actos. Y creo que es un momento crucial, en términos de lo que proyectamos al mundo y de cómo lo manejamos. Hasta ahora no se ha manejado muy bien».