Estuve yo hoy, por ayer, hasta las cuatro de la madrugada viendo por televisión el debate en la Honorable Cámara de Diputados de la Nacion sobre el refinanciamiento de la deuda pública con el Fondo Monetario Internacional, y másallá de que personalmente siempre me ha gustado seguir esos debates, este en el final me ha dejado un sabor menos amargo que el que me han dejado los que he visto en los últimos años, y les aseguro que no han sido pocos.
Porque digo esto, este después de que en el plenario de Diputados se firmaran los acuerdos de comisión, que en la burocracia parlamentaria es la verdadera actividad legislativa, se aprobó por mayoría en el recinto la autorización para refinanciar la deuda que la Argentina tiene con el Fondo Monetario Internacional y no solo se aprobó esa autorización legal sino que fundamentalmente y aunque pocos legisladores lo dijeron, casi ninguno, lo más importante es que se saltó la grieta.
Todos dieron sus discursos, todos hicieron su catarsis, pero al final todos terminaron votando por el mejor futuro de la Argentina. El Default se evitó y no hubo grieta que impidiera evitarlo.
Claro que quedan palabras sin escuchar en ese recinto, palabras que en algunos momentos sonaron trágicas y definitivas y que en sordina estudiantil quedaron huecas de eco en el recinto de las responsabilidades públicas. Celebro esos silencios porque son silencios de soberbia y negación y de falta de responsabilidad política.
No puedo ser honesto sino digo que me hubiera gustado escuchar algo más de los representantes del pueblo, no les pido a todos un esfuerzo intelectual ni ético a la altura de nuestra circunstancia, pero a los presidentes de bloque que son los que por reglamento cierran los debates, si se los reclamo.
No se puede perder una oportunidad como esa para cerrar la lógica binaria que la coyuntura política que desde hace años nos propone una grieta insalvable. Algunos diputados deben estar a la altura de la circunstancia que la historia reclama.
Lo que se logró anoche no fue simplemente el acuerdo de un refinanciamiento entre tantos otros en la historia de nuestro país con un organismo de crédito multinacional.
Yo sé que todos estaban contentos por lograr ese objetivo, pero si ese es el objetivo que nuestros dirigentes se plantean en su carrera política, en su paso por la política, que será luego su paso por la historia, es un objetivo menor.
Degrada la politica y degrada a los dirigentes que ayer hicieron este aporte valioso a la republica que no lo hayan percibido. Porque ese seria un objetivo menor, es un desperdicio de un homus político conformarse con ello.
Ayer se consiguió un logro mayor. No tendría sentido la actividad política si lo que subterráneamente sucedió anoche no hubiera sucedido. Quiero pensar que no decirlo no fue más que un olvido dentro de la vorágine de un debate legislativo caliente, quiero pensar que nadie estuvo condicionado a no decirlo, si fuera así mi decepción con la política, mejor dicho, con los dirigentes que hoy representan la política seria total.
Ayer se logró un objetivo mayor, saltar la grieta, pensando en el beneficio de nuestra Nacion. Si ellos no lo dicen yo no puedo permitirme no decirlo, si no se dieron cuenta deberíamos pedirles la renuncia a todos. Hay momentos en donde ese final del juramento que todos haces al asumir debemos como patria demandarlo.