El veredicto en el juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, asesinada a balazos hace 20 años en su casa del country Carmel de Pilar y que tiene como acusado a Nicolás Pachelo, se dará a conocer el viernes en los tribunales de San Isidro, en medio de una polémica planteada por los fiscales ante la filtración de un eventual fallo absolutorio, informaron fuentes judiciales.
El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, integrado por los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, se conocerá a las 11 en los tribunales ubicados en Ituzaingó 340 de ese partido bonaerense, donde se llevaron a cabo las 37 audiencias del debate oral que comenzó el 13 de julio último.
Al igual que sucedió con los lineamientos de la fiscalía y los alegatos de ambas partes, la jornada será transmitida en directo por el canal de YouTube de la Corte Suprema bonaerense.
La fecha coincide con el día en que 20 años atrás se conocía el resultado de la operación de autopsia al cuerpo de María Marta donde se descubrió que murió asesinada de seis disparos en la cabeza y no en un accidente en la bañera.
En las últimas horas, y a través de un escrito al que accedió Télam, los fiscales del juicio, Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Esteban González, plantearon una polémica al cuestionar al tribunal por “las posibles filtraciones” que fueron replicadas “en algunos medios de comunicación” sobre un eventual veredicto absolutorio.
A su vez, le exigieron que la lectura del fallo sea este viernes en la misma sala de audiencias donde se desarrolló el juicio durante cuatro meses, para no vulnerar el derecho de los familiares de la víctima.
Es que a raíz de que la sala del entrepiso de los tribunales de San Isidro está siendo utilizada para las audiencias de un juicio por jurados, el TOC 4 decidió que la lectura del fallo se realice en un recinto alternativo pero más pequeño, que pertenece al Tribunal de Trabajo 2, en el séptimo piso del edificio judicial.
“Teniendo en cuenta que algunas partes, mas no los integrantes de este Ministerio Público Fiscal, habrían sido anoticiados de lo que, según se adelantó, sería un posible veredicto absolutorio producto del voto de los vocales Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, solicitamos que la lectura de aquel sea llevada a cabo en el mismo recinto donde durante más de cuatro meses se desarrolló el debate oral”, piden los fiscales.
Argumentaron que su petición es “a fin de garantizar la presencia de público, familiares de la víctima y representantes de medios de comunicación, ello a fin de evitar se continúe vulnerando los derechos de la víctima cuyo homicidio, en caso de resultar verosímiles las versiones trascendidas, quedará impune”.
Ante las versiones de la absolución, John Hurtig, medio hermano de la víctima, aseguró a Canal 13: “Mañana creo la van a volver a matar a María Marta, una vez más”.
En su alegato del pasado 31 de octubre y que duró más de cuatro horas y media, el fiscal Ferrari pidió que Pachelo sea condenado a prisión perpetua por el delito de «homicidio triplemente agravado por haber sido cometido con el uso de arma de fuego, por su comisión criminis causa y agravado por alevosía en concurso real del delito de robo calificado por el uso de armas», en perjuicio de García Belsunce.
Ferrari, junto a sus pares Quintana y González, desistieron en tanto de la acusación de los exvigiladores Norberto Glennon (57) y José Ramón Ortiz (45), quienes habían llegado a juicio como coautores del crimen.
Por su parte, la defensa de Pachelo, integrada por Raquel Pérez Iglesias y Marcelo Rodríguez Jordán, solicitó la absolución de su defendido, al igual que las defensoras oficiales y abogados de Ortiz y Glennon, quienes sí fueron acusados por el abogado Gustavo Hechem, que representa como particulares damnificados a Carlos Carrascosa y María Laura García Belsunce, viudo y hermana de la víctima.
Pachelo también fue juzgado por una serie de ocho robos cometidos entre 2017 y 2018 con dos cómplices -Matías Marasco e Iván Martínez-, en los countries Tortugas, de Pilar; El Portezuelo, de Nordelta; y Campos de Abril y El Carmen, ambos de Hudson, y por todos ellos los fiscales Quintana y González pidieron que se lo condene a no menos de 15 años de prisión.
El exvecino de Carmel se encuentra detenido con prisión preventiva en la Unidad 9 de La Plata, pero no por el crimen de María Marta en el que en 2017 fue imputado e indagado en libertad, sino por los robos por los que fue detenido en 2018.
En sus últimas palabras tras los alegatos, el imputado les pidió a los jueces ser absuelto por el crimen de García Belsunce y que le den por cumplida la pena por los robos «para compartir los últimos días» con uno de sus tres hijos -el del medio-, quien se encuentra postrado debido a que padece distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad progresiva y terminal.
La acusación del Ministerio Público Fiscal
Según la acusación del Ministerio Público Fiscal, aquel 27 de octubre de 2002 María Marta fue ejecutada de seis balazos por Pachelo cuando lo sorprendió robando dentro de su casa.
Según su hipótesis, el robo fue el móvil del crimen y está probado por el faltante de un cofre metálico de la asociación benéfica «Amigos del Pilar» donde la víctima era tesorera y que ella guardaba en su casa de Carmel con dinero, tres chequeras y la llave de una caja de seguridad.
La clave de la imputación fue la nueva hora del asesinato fijada por un forense a las 18.30, horario en el que está acreditado que Pachelo estaba dentro de Carmel, de donde se retiró a las 18.59, es decir 29 minutos después de cometido el homicidio.
Los juicios por el crimen de García Belsunce
Este es el tercer juicio que se llevó a cabo por el crimen de la socióloga, ya que en 2007 su viudo Carrascosa fue absuelto del asesinato pero condenado a cinco años y seis meses de prisión por el encubrimiento, aunque dos años más tarde el Tribunal de Casación Penal lo condenó a perpetua por el homicidio, pasó siete años preso y en 2016 otra sala del mismo tribunal lo absolvió, en un fallo que quedó firme para siempre en 2020 tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia.
En tanto, en 2011, fue el segundo debate por el «encubrimiento» del caso, donde se los condenó a Guillermo Bártoli, cuñado de la víctima; a Horacio García Belsunce y Juan Hurtig, hermanos de María Marta; y a Juan Gauvry Gordon y Sergio Binello, médico y vecino del Carmel, respectivamente, aunque años después todos terminaron absueltos o sobreseídos.
LAS CLAVES DE LA FISCALÍA Y LA DEFENSA
Los siguientes son los elementos principales sobre los que el Ministerio Público Fiscal y la defensa de imputado Nicolás Pachelo sustentaron sus alegatos:
¿Qué hizo Pachelo aquel 27 de octubre de 2002?
Pachelo siempre consideró que el 27 de octubre del 2002 fue un domingo normal. En una de sus últimas declaraciones ante el tribunal, dijo que ese domingo se levantó, desayunó, se fue a jugar al fútbol y por la tarde fue a buscar a su hijo a la casa de un vecino. Regresó a Carmel 17.37, tal como quedó registrado en las cámaras de seguridad. Según él, se bañó y salió a buscar el auto de su mujer, que lo había dejado estacionado en el Club House.
Para la fiscalía Pachelo no fue nunca a buscar el auto de su por entonces esposa, sino que salió de su casa para cometer el robo en la vivienda de García Belsunce.
La clave de la imputación fiscal fue la nueva hora del asesinato de María Marta fijada por un forense alrededor de las 18.30. Ese día se ubicó a Pachelo en Carmel entre las 17.37 y las 18.59, es decir que se retiró 29 minutos después de cometido el homicidio.
El perro «Tom»
La desaparición del perro labrador negro llamado «Tom» que María Marta tenía como mascota fue uno de los ejes centrales del juicio.
Para la parte acusadora, Pachelo le robó el perro a María Marta, «que era como un hijo para el matrimonio Carrascosa-García Belsunce», según explicó el fiscal Ferrari.
Esto fue señalado también por varios familiares de la víctima, vecinos del Carmel y hasta por una empleada que dijo que la mucama de Pachelo le había dicho que su patrón tenía encerrado al animal en su casa.
Para contrarrestar estos testimonios, la defensa presentó una serie de disketes que contenían tres documentos en los que presuntamente María Marta describía cronológicamente los hechos ligados a la desaparición de Tom y en los cuales no mencionó a Pachelo como su principal sospechoso, sino a los vigiladores.
El «modus operandi»
Durante el debate también se juzgaron una serie de robos que Pachelo cometió entre 2017 y 2018 en distintos countries del conurbano bonaerense, en donde asaltaba viviendas haciendo inteligencia previa para corroborar que sus moradores no estén presentes.
Según la acusación, Pachelo ingresaba a las viviendas generalmente los domingos entre las 18 y 19, cuando se producía el cambio de guardia de los empleados de seguridad privada del country y en el horario en que las casas quedaban vacías, ya que sus propietarios regresaban, en su mayoría, a la ciudad de Buenos Aires, luego de pasar el fin de semana.
Para la fiscalía, Pachelo ingresó a lo de María Marta con el propósito de robarle y dentro de la propiedad fue sorprendido por la socióloga, quien lo reconoció, se trenzaron en lucha y terminó matándola de seis disparos.
La defensa de Pachelo indicó que ninguno de esos robos fue bajo una modalidad violenta y que en ninguno ingresó con un arma de fuego.
Revólver calibre .32 largo
El arma con la que fue asesinada María Marta jamás fue encontrada. Por eso, uno de los ejes del presente juicio para la fiscalía fue demostrar que Pachelo manipuló un revólver .32 largo, mismo calibre con el que fue cometido el crimen en los días previos.
Para ello, los fiscales exhibieron un video grabado con una cámara oculta en 2003 en el que un empleado de la tosquera de la familia Pachelo menciona que había acompañado a Nicolás «a comprar balas calibre .32 largo» a dos locales en Pilar días antes del crimen y que, luego, le había prometido que le iba a dejar el arma para que la tenga por seguridad en la tosquera.
La defensa tiene a su favor que jamás se encontró el arma utilizada en el crimen de María Marta y sostuvo que no se comprobó durante todo el debate que Pachelo hubiese tenido un revólver calibre .32 largo.
Los tres adolescentes que se cruzaron con Pachelo y María Marta
Santiago Asorey, Marcos Cristiani y Pedro Aspiroz Achaval eran tres adolescentes que vieron pasar trotando a Nicolás Pachelo aquella tarde lluviosa de octubre detrás de María Marta, yendo en la misma dirección, quien regresaba a su casa en bicicleta.
Al declarar como testigo en este nuevo juicio, Aspiroz Achaval, la última persona que vio con vida a la socióloga, aseguró que «primero dobló Pachelo y luego María Marta» y que él no siguió ese camino «porque le tenía miedo» al acusado.
La defensa de Pachelo sostuvo que este testimonio no es claro ya que los tres adolescentes no coinciden en recordar cómo lo vieron a Pachelo vestido y que los lugares donde señalaron haberlo cruzado, no indican que luego su cliente haya ingresado a la vivienda.
¿Preguntó por un crimen cuando se hablaba de accidente?
Los testimonios más fuertes que hubo en el juicio fueron los de dos mozos, Walter Mantovani y Miguel Ángel Monzón, quienes trabajaban en una estación de servicio de Pilar y señalaron que el lunes posterior al crimen, entre las 6 y 7 de la mañana, Pachelo se acercó y les preguntó «si escucharon algo sobre la mujer que mataron ayer en Carmel», cuando ese día solo se comentaba que la muerte había sido accidental en una bañera.
Para contrarrestar estos testimonios, Pachelo añadió por escrito la declaración de su exempleada (fallecida hace unos meses), en la que señaló que siempre se levantaba «entre las 9 y 9.30», además de unos registros de antenas de telefonía celular que indicaron que la primera vez que activó el teléfono aquel 28 de octubre fue minutos antes de las 8 de la mañana en su casa de Carmel.
Además, los testimonios de empleados de la empresa de seguridad privada Cazadores, encargada en Carmel, aseguraron que durante esa madrugada no lo vieron salir del barrio privado.
Las llamadas a inmobiliarias
Los fiscales introdujeron un listado de llamados que Pachelo recibió y realizó los días siguientes al hecho, demostrando que triplicó su actividad con relación a la semana previa al crimen y que la mayoría de esas llamadas eran a inmobiliarias, evidenciando que «quería irse» del Carmel tras el crimen.
La defensa mostró que Pachelo ya venía hablando con distintos agentes inmobiliarios para vender su casa porque quería irse a vivir a la Capital Federal cerca de su madre, Silvia Ryan, ya que, según las palabras del propio imputado, «era padre, tenía tres hijos y toda mi vida en Capital».
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