«Hoy fue derribada y vandalizada en Río Gallegos una estatua montada en homenaje a Cristina Kirchner, dos veces Presidenta de la Nación y actual vicepresidenta», publicó Fernández en su cuenta de Twitter.

Al repudiar los hechos vandálicos, que terminaron con un hombre demorado por la Policía, el jefe de Estado elogió a la ex mandataria, a pesar de que la relación entre ambos atraviesa momentos de turbulencia.

«Ella se ha ganado legítimamente un lugar en nuestra historia y en nuestro presente. Respetar las instituciones y la convivencia en la diversidad ideológica son una exigencia que nuestra democracia nos impone», subrayó Fernández.

Además, el jefe de Estado cuestionó los daños que sufrieron otros monumentos en la ciudad santacruceña: «La información que llega también da cuenta que actos vandálicos similares padecieron allí estatuas de Néstor Kirchner y Fernando de la Rúa».

«Repudio la violencia de los cultores del odio que son capaces de hacer semejante daño a la paz social», apuntó Alberto Fernández.

La escultura de la ex mandataria quedó partida en dos, a la altura de los tobillos, por lo que desde la Municipalidad patagónica indicaron que la figura ya fue retirada y será reconstruida en los próximos días.

Al momento de la inauguración del espacio público, se habían colocado cámaras de seguridad en los alrededores para que hechos como éste no sean ejecutados.

«No queremos que los vandalicen. Este es un paseo que pertenece a todos», había manifestado el jefe comunal local, Pablo Grasso.

En el «Paseo de los Presidentes» se encuentran las estatuas de los mandatarios que estuvieron en el poder desde 1983, cuando se recuperó la democracia, y que llegaron a la Casa Rosada mediante el voto popular.

En el lugar están presentes: Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Néstor y Cristina Kirchner y Mauricio Macri.

Este hecho se dio luego de los afiches que aparecieron en el centro porteño días atrás y en los que se calificaba a Cristina Kirchner como «asesina» y culpable de 35 mil muertes: «Elegiste negocios con Putin en lugar de salvar vidas».