Las reservas brutas del Banco Central perforaron hoy el piso de los US$ 35.000 millones, al bajar a US$ 34.890 millones, en medio de la preocupación del mercado por la posibilidad de que la autoridad monetaria se quede sin respaldo para contener al dólar.
Alta tensión por la caída de reservas: perforaron el piso de los US$35 mil millones
El drenaje de divisas a través de las ventas diarias del Banco Central en el mercado cambiario oficial para abastecer la demanda se profundizó este miércoles.
Por eso, crece la preocupación por el crítico nivel de reservas netas que, según algunos cálculos privados, ya estarían en terreno negativo.
La entidad monetaria extendió por quinta jornada seguida la racha vendedora en el mercado único y libre de cambios (MULC) al registrar un saldo neto negativo de US$ 125 millones.
Las reservas siguen bajando a pesar de una mejora en el volumen liquidado por los agroexportadores bajo el esquema del dólar soja 3.
Aportaron divisas por US$ 99,04 millones, el monto más alto desde el 24 de abril último, previo a la corrida de la última.
En las dos primeras ruedas de mayo, el Banco Central debió vender US$ 258 millones.
Las importaciones de energía obligaron al BCRA a desprenderse de otros US$ 60 millones.
El Central debió utilizar nuevamente recursos propios para asistir las necesidades del mercado.
Tras haber registrado en abril compras netas en el MULC por apenas US$ 35 millones, en lo que va del año el Central acumula un saldo de ventas netas por alrededor de US$ 3.220 millones.
En estas dos primeras jornadas de mayo se concentró la demanda de dólar ahorro, que estacionalmente es alta en los primeros días de cada mes y luego de la primera semana tiende a ser nula.
Economistas cuestionan que el BCRA siga vendiendo dólares para atesorar, para turismo y para importaciones a precios muy bajos, y aconsejan una devaluación.
Desde la entrada en vigencia el 10 de abril del dólar soja 3, el monto liquidado bajo este esquema suma más de US$ 1.760 millones, lejos por ahora del objetivo del Gobierno de conseguir u$s5.000 millones con esta medida que finaliza el 31 de mayo.
Al impacto de la sequía, se suma que el precio que ofrecen los exportadores a los productores -hoy en torno a los $100.000 por tonelada de soja- no les resulta atractivo para liquidar.