La Selección argentina se impuso 2-0 ante su par de Perú y terminó su participación en la fase de grupos de la Copa América 2024 con puntaje ideal y sin recibir goles. Pero hay algo que llama aún más la atención: la capacidad de dominar al rival hasta con un equipo con mayoría de suplentes.
Cambian los nombres, pero la idea no se mancha
Esta noche los actores fueron muy diferentes a los que suelen estar en cada partido de la “Albiceleste”. Walter Samuel estuvo como director técnico en lugar de Lionel Scaloni, suspendido por tardar en salir del vestuario en el entretiempo ante Chile. Tampoco estuvieron jugadores de vital importancia como los zagueros Cristian Romero y Lisandro Martínez, los mediocampistas Rodrigo de Paul y Alexis Mac Allister, y los delanteros Julián Álvarez y nada menos que Lionel Messi, quien sigue en duda por sus problemas en el aductor de la pierna derecha.
Pero esto pareció importarle poco a los jugadores que salieron a la cancha ante Perú en el Hard Rock Stadium de Miami. Desde el minuto uno, la Selección argentina mostró que el “ADN Scaloni” sigue intacto aunque los intérpretes sean otros: la posesión de la pelota, la velocidad para recuperarla y tener al rival acorralado en todo momento.
Tal vez siga faltando profundidad, pero hay que tener en cuenta que hasta ahora los rivales esperaron siempre con muchos jugadores en defensa, haciendo que se complique tener llegadas claves. Además, el mediocampo plagado de suplentes no pudo lograr fluidez y esto tal vez se sintió en los últimos metros.
Pese a todo esto, Lautaro Martínez sigue apareciendo como bombero en la Selección argentina con una Copa América hasta ahora consagratoria que lo tiene como máximo goleador con cuatro anotaciones en tres partidos. Esta es una muy buena noticia para el goleador del Inter de Milán, luego de su pobre actuación en el Mundial de Qatar 2022 y la sequía que arrastró con la “Albiceleste”.
Di María, el as de basto que no falla
“Angelito” merece unos párrafos aparte. Uno de los jugadores más importantes en la historia de la Selección, tan resistido en su momento, parece envejecer como el vino.
Cada vez que se pone la celeste y blanca, Di María es sinónimo de peligro, con su velocidad, desequilibrio y jerarquía como estandartes. Además, le sienta muy bien el papel de líder. Cada vez que no está Lionel Messi, el jugador surgido en Rosario Central aparece con la cinta de capitán y la rompe toda. Maneja los hilos del encuentro, asiste a sus compañeros e interpreta el partido de una manera única.
Con casi 37 años está teniendo sus últimos partidos en la Selección argentina y buscará terminar esta hermosa historia con un nuevo título.