El desgaste lógico de los 63 años hizo mella de una manera irreparable e impensada en el físico privilegiado que tuvo durante toda su vida Ángel «pálido» Kenan.

Ángel era un crack como jugador y como persona, todos lo querían y todos querían jugar en su equipo. Callado, de aspecto introvertido, de esos tipos que «no sabés si vinieron»; pero Angelito era todo lo contrario, divertido, de humor «ácido» y siempre con una anécdota a flor de labios que entretenía y reflejaba de manera única una situación. Con la pelota vale el mismo ejemplo, si no lo conocías no te decía nada hasta que se la dabas, ahí resolvía todo con mucha altura, le pegaba fantástico y siempre tenía un movimiento distintivo para sacar la pelota lo más limpia posible de una jugada complicada.

Fué referente de los más recordados equipos del club Atlético Mariano Moreno, es muy dificil no mencionar a Kenan en alguna de las tantas formaciones históricas del club del barrio del Molino, inclusive formó parte de aquel recordado equipo que ganó el regional y participó del Torneo Nacional de 1982.

«El Longa Romero», «el Oso Brandana», «el turco Mecherques», «Catolini Herrea», «el Chino Mendoza», «el Abel Pardini», «el sapo Guzmán», «el cabezón Ceratto» y muchos más van a mirar a su izquierda y aunque no lo vean, se la van a tirar igual.

Angelito se fue, seguramente allá se encontrará con los Tablada, los Barcelona, los Sironi y muchos como él que hicieron historia en el fútbol y en Moreno.

Dicen que en todos lados hay una cancha de fútbol, porque no en el cielo, y ahí va a estar Ángel, con su aliada incondicioal, la raya, frenando a cualquier wing desfachatado que intente pasarlo. Y no solo eso, además va a salir jugando.

Chau «pálido», hasta el próximo domingo.