Sucedió en Pergamino, provincia de Buenos Aires. El hombre fue amenazada por un presunto alto mando de la Policía Federal.
Contrató una falsa trabajadora sexual, lo extorsionaron y perdió miles de pesos
Walter, de 38 años y oriundo de Pergamino, provincia de Buenos Aires, estaba dispuesto, ingresó al sitio web de oferta sexual “Skokka” y se interesó en una mujer que se hacía llamar Gisel, quien ofrecía sus servicios de escort por $5.000. Concretó la cita y pagó por adelantado. Cuando se acercó al domicilio marcado, la mujer nunca apareció y lo bloqueó del teléfono.
Un hombre le escribió para decirle que era un alto mando de la Policía Federal. Le dijo que si no depositaba dinero le iniciarían una causa por trata de personas. Walter cayó y volvió a pagar. Todo quedó registrado en las conversaciones que la víctima tuvo con sus estafadores y a las que accedió Infobae.
Una vez efectuada la primera transferencia, a las 23.12 según quedo asentado, el acuerdo entre los dos era que Walter iría a verla al domicilio que le indicara. La mujer le brindó la dirección de un edificio en el centro de Pergamino, y le dijo que el piso se lo daría al momento del encuentro.
A las 10 de la mañana la víctima se paró en la puerta del edifico y le escribió a Gisel para que le indicara el piso o, al menos, que la abriera la puerta. La mujer le reenvió el comprobante de una supuesta transferencia de $8.000 que otro cliente le había hecho para ese mismo horario. El texto que acompañaba la foto decía: “Amor, te mandé mensaje porque recién me termina de hacer una reserva de $8.000 para estar 1.30hs. Decime si lo cancelo y te quedas vos por 1.30 amor o te devuelvo la plata amor”.
Walter le respondió que él ya había pagado y que ya tenía una reserva. La mujer insistió en otro mensaje: “Claro amor, pero recién me entró una reserva de $8.000, por eso si vos te quedas 1.30, lo cancelo. Aboname el resto y te venís”.
Le dijo que si le agregaba $2.000 a lo que ya había puesto, alcanzaba. Walter aceptó y volvió a poner dinero.
Ya con los $7.000 transferidos, Walter insistió con que le abrieran la puerta. Lo plantaron.
A las 17 en punto de esa misma tarde del jueves pasado, el celular de Walter vibró. Era un mensaje de WhastApp de un número que no tenía agendado. Cuando lo abrió, y leyó lo que decía el texto, se quedó paralizado.
“Me comunicó desde el Departamento de Cibercrimen de la Policía Federal Argentina, a los efectos de notificarle que se ha iniciado una causa caratulada como “Trata de personas s/ investigación preliminar”. Hechas las averiguaciones del caso, conjuntamente con la fiscalía especializada en delitos contra las personas y allanamientos llevados a cabo en las últimas horas, se han constatado varias menores reportadas como desaparecidas y que figuran publicadas en una página de escorts denominada skokka.com, en cuyos celulares secuestrados figuran chats de WhatsApp y conversaciones que lo incriminarían a usted en ser parte de una red de trata de personas y pornografía infantil”, decía el mensaje del supuesto policía que se identificó como Walter Roblas.
Un hombre, con malos modos, le dijo que debía depositar $20.000 para zafar de la causa. La víctima lo hizo y realizó la transferencia. Pensó que todo se había terminado, nuevamente se equivocaba.
A las pocas horas, el supuesto policía Roblas volvió a comunicarse. En esta oportunidad le dijo que había hablado con su jefe y que los $20.000 eran insuficientes. El estafador le explicó que por un delito de ese estilo, otro hombre había depositado mucho más. Por lo tanto, le dijo a Walter que, como mínimo, debía depositar $80.000 más.
Walter no hizo la transferencia. Les dijo a los delincuentes que no tenía ese dinero, pero que podía darles cheques por ese valor. Incluso les mando una foto para más seguridad. Por suerte para él, le dijeron que no les servían los cheques y le dieron hasta el día siguiente a la mañana para conseguir el dinero.
Recién ahí se acercó a realizar la denuncia a una comisaría. La causa por estafa cayó en manos de la UFI 7 de Pergamino.