El diputado nacional del Frente de Todos Hugo Yasky presentó este lunes un proyecto de resolución en el que manifiesta su «máximo repudio» al acto convocado por la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, en «homenaje a las víctimas del terrorismo» en la Legislatura porteña, por considerar que se trata de una «práctica negacionista» para «instalar la teoría de los dos demonios».
Diputados: el kirchnerismo presentó un proyecto de repudio al acto de Villarruel
El encuentro en el que se busca poner en el centro de la crítica el accionar armado de las organizaciones guerrilleras Montoneros y ERP que actuaron primero en democracia y luego clandestinamente bajo la dictadura militar fue organizado por el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), la entidad que preside Villarruel, y por la legisladora porteña de La Libertad Avanza Lucia Motenegro, quien consiguió la autorización del presidente primero de la Legislatura, Emmanuel Ferrario (PRO) para desarrollar la actividad en el Salón Dorado de la casa parlamentaria.
El acto se desarrollaba en el marco de un multitudinaria protesta de agrupaciones de izquierda y organismos de Derechos Humanos en las inmediaciones de la Legislatura porteña, cuyos accesos estuvieron totalmente vallados desde bien temprano.
«Reafirmamos que el único terrorismo fue el que llevó adelante el Estado genocida en la última dictadura cívico-militar y que el intento de realizar un acto de estas características es, además de una provocación, una negación a la verdad histórica, una práctica negacionista que intenta nuevamente instalar la teoría de los dos demonios y una afrenta a la vida democrática que se encuentra a meses de cumplir 40 años. Son 30.000!», sostiene el proyecto del titular de la CTA de los Trabajadores en su segundo párrafo.
En los fundamentos de la iniciativa, se señala que en la actualidad hay un contrato social por el cual «no hay discusión en cuanto a que a partir del 24 de marzo de 1976 la dictadura cívico militar, usurpando el poder, asoló a la Argentina e instauró como política el terrorismo de Estado».
El diputado kirchnerista definió este último concepto como «una metodología que sembró el país de campos de concentración, secuestros ilegales, torturas, asesinatos en masa, fusilamientos, apropiación de bebés, niños y niñas, saqueos de propiedades y bienes y la conmoción del tejido social en su conjunto».
«Las fuerzas armadas y de seguridad fueron las ejecutoras de una política de represión sistemática que tenía como objetivo principal exterminar todo tipo de resistencia política, social, cultural y lucha popular, es decir, todo tipo de lucha contra las injustas estructuras socio-económicas dominantes», relató.
En este sentido, Yasky remarcó que «esta resistencia y esa lucha fueron denominadas ´subversión´ por los agentes represivos y grupos de poder de facto», que llevaron a cabo un plan sistemático de secuestros, detenciones en centros clandestinos, torturas y exterminio.
Al respecto, destacó que «actualmente hay acuerdo generalizado en los tribunales acerca de que estos hechos –en cualquiera de sus posibles modalidades- son crímenes de lesa humanidad».
«Hoy en día, las personas condenadas por estos delitos suman 1136, existiendo 73 causas elevadas a juicio que aguardan debate y otras 273 tramitan en la fase de instrucción. Hay 696 personas detenidas; de ellas, 537 tienen arresto domiciliario», graficó.
Sobre el genocidio, el líder de la CTA explicó que tiene diferentes etapas que no culminan con «el aniquilamiento de las fracciones de la sociedad a los que identifica» como «subversivos» sino que continúa en el plano «simbólico, discursivo e ideológico y en el modo de narrar esas experiencias, siendo la última etapa de ese proceso genocida el de la negación».
«En este sentido, aquella última etapa del proceso genocida implica una serie de acciones, que se pueden llevar adelante sin importar cuanto tiempo haya transcurrido, que niegan, intentan relativizar o banalizar los crímenes del Terrorismo de Estado», señaló Yasky sobre las prácticas de negacionismo, como las que le adjudica a Villarruel.
A su entender, «tanto la teoría de los dos demonios, como los reclamos por ´una memoria completa´, encarnados en la idea de guerra sucia, típico discurso de las defensas de los genocidas y del acto que se repudia implica una predica justificatoria y forman parte del repertorio de discursos negacionistas».
«Es por ello por lo que entendemos que el Congreso de la Nación debe expedirse en forma categórica, repudiando este y todo acto que atente contra la memoria colectiva, la vida democrática y justifique al Terrorismo de Estado. ¡Nunca más!», remató el diputado nacional del Frente de Todos.