De cara al proceso electoral que venimos transitando, vemos con preocupación a dirigentes políticos que ponen en riesgo el derecho a la educación, ya sea por promesas simplistas de privatización o por políticas de recorte presupuestario.
Lamentablemente, hay sectores de nuestro país en los cuales ha tallado un discurso pesimista alrededor de los servicios públicos, generalizando resultados, mezclando en una misma bolsa, a las virtudes y logros, con los vicios y deficiencias del Estado.

Esta situación nos ha llevado a poner en discusión un sistema educativo que ha formado a Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir, Julio Cortázar, Rene Favaloro, Mariana Weissmann y tantas otras personalidades de las ciencias y las artes, que nutren a nuestra tierra y al mundo entero con sus conocimientos, creaciones y descubrimientos.

No podemos permitirnos como sociedad, otra vez, poner en duda la necesidad de invertir y fortalecer la educación, la técnica y la ciencia a partir de políticas públicas que garanticen el aprendizaje, la creación y la divulgación de conocimiento como el tesoro más preciado de nuestra sociedad.

Claramente necesitamos mejorar las prestaciones de la educación pública y alcanzar nuevos estándares de calidad, que acompañen la evolución tecnológica e incorporen los nuevos paradigmas socioculturales. Pero estamos convencidos que esto se logra con más inversión, y más capacitación, a partir de la intervención eficiente del estado, y no recortando recursos, o deliberadamente entregando la formación de nuestras futuras generaciones al devenir de las ganancias del sector privado.

Celebramos la propuesta conjunta del Ministro de Educación Jaime Perczyk, y el Ministro de Economía Sergio Massa, que promueven la discusión en el Congreso de la Nación, de una Ley de Financiamiento de la Educación Pública, que garantice presupuesto y marco jurídico para la educación en la Argentina.

Este momento histórico de nuestro país, demanda coraje y determinación para defender con compromiso las virtudes que hemos construido a lo largo de tantos años. Hay una línea imaginaria que esta realidad nos ha impuesto, de un lado estamos todas y todos aquellos que defendemos la educación y la universidad pública, del otro lado estará el resto.