Mientras todos dan guarismos poniendo a Milei como la sorpresa de las elecciones, pienso que el verdadero fenómeno es Massa. Porque es normal que con un Gobierno capitaneado por la perversa lo ilógico sería que el kirchnerismo vaya a la final salvo que resucite Prato Murphy y haga una elección piadosa para somos los muchachos y los mande a la final por el viaje a Bariloche.
El fenómeno Massa
Porque fíjese, dejemos de un lado a Bullrich y Larreta con su interna en un país devastado, destruido, con mujeres muertas todos los días, con un afano de 20 años de parte del Estado con bolsas de guita revoleadas a la marchanta con genios cuya lista sería interminable. Pero podemos reducirlo a la banda de las pulseras de Cris, no por las alhajas sino por las domiciliarias. Aparece nuevamente como revoleado en el aire como una metáfora del cambio pero no del país sino personal como todos los cambios que ha hecho en el transcurso de su vida el campeón, el muchacho elegante, el banana, el canchero, el que todo lo puede, el padre de familia ejemplar, el padre de familia magnifico con una familia magnífica y su esposa magnífica, simpática y compañera que cada vez que él llega ella parece derramar pétalos de rosas a su paso, su mejor vendedora.
Bueno. Ahí lo tienen, ahí está el fenómeno. Con su sonrisa y su blanca dentadura logró lo que nadie logró, hacer que los kirchos lo abracen, le sonrían y lo voten, los hizo quedar mal, los ridiculizó, la dejó en evidencia a cruela y demostró definitivamente que la señora, la vieja dama indigna, ya no ostenta ningún poder ya que se lo hizo entregar a cambio de la papa caliente de hacerse cargo del Ministerio de Economía y después postularse a Presidente en algo que más que un partido político: una cueva de ladrones.
El milagro Massa lo logró con miles de millones de pesos de respaldo en el plan platita con todos los gobernadores K jugando a su favor. Con Alberto y Cristina que aunque se odian lo cuidan como en un pesebre como si fuera la reencarnación de cristo y hasta le pusieron como adversario a un pilatos de mentira como Grabois. Así y todo, con todo el viento a favor, el fenómeno Massa logró quedar tercero.
¿Será que la gente se dio cuenta? Puede ser, puede ser que ese niño de la sonrisa ancha y los ojos soñadores está dispuesto a salvar la Argentina y que no es ningún veleta como todos dicen sino un inescrupuloso vendedor de mentiras que logró que los que se dan vuelta como un panqueque sean los K y además hacerles pasar la peor vergüenza de su historia. Por eso, bien lo de los demás candidatos para el fenómeno Massa, aplauso, medalla, y beso y esperar la próxima convicción que lo lleve a engancharse en el carrousel de la política y manotear la sortija.