Chris Pratt es uno de los intérpretes más destacados en Hollywood. Además de ser la estrella de Marvel por su rol de Star-Lord en Guardianes de la Galaxia y Avengers, también ha tenido reconocimiento por su trabajo en sagas como Jurassic World y películas como Pasajeros, la cual protagonizó junto a Jennifer Lawrence.
El papel que Chris Pratt estuvo a punto de perder en una película por estar “demasiado gordo”
Si bien ahora cuenta con un físico fuerte y tonificado, la realidad es que no siempre fue así. El actor pesaba más de 130 kilos cuando se topó con un papel sumamente importante para su carrera: el del jugador de béisbol, Scott Hatteberg, para la película de Brad Pitt Moneyball. La misma fue un éxito en taquilla, ya que obtuvo una recaudación de 111 millones de dólares.
En la primera ronda de audiciones le dijeron que adelgazara para el papel. El agente del intérprete le había dicho en su momento: “Chris, realmente pensaron que eras bueno, pero creen que estás demasiado gordo”.
Debido a esto, le dieron tres meses para ponerse en forma. Finalmente perdió peso y obtuvo el papel.
Chris Pratt: «El desafío de hacer ejercicio está en ese momento en el que no querés hacerlo, pero hay que salir a buscar el objetivo»
Actualmente, el intérprete se encuentra en el mundo del CrossFit y sigue una dieta basada en el Antiguo Testamento: el Ayuno de Daniel. Se trata de una modalidad de dieta que se basa en unos versículos de la primera parte de la Biblia cristiana en los que el profeta Daniel cuenta que se alimentó solo a base de una serie de verduras y agua durante tres semanas.
En ese sentido, Pratt expresó unas palabras de aliento para que el público se meta en el mundo del ejercicio: “Sí, estoy sudado, pálido, mi bronceado está desapareciendo… Hoy me di cuenta de que quería compartir con ustedes esto para motivarnos mutuamente. He estado 38 minutos y 56 segundos haciendo este entrenamiento en la cinta de correr. Solo caminando cuesta arriba, tengo un problema en la espalda en el que estoy trabajando y pensé dónde quería llegar”.
“Lo que quiero decir con esto es que podés tomar la decisión de motivarte y empezar a entrenar pero hay veces en las que el entrenamiento viene antes de la motivación. Acá tenés dos opciones: podés quedarte atrapado en un agujero donde no querés hacer ejercicio, y nunca lo hacés, ese día se convierte en una semana, después en un mes, luego en un año y al final no te sentís bien al respecto. El desafío está en ese momento en el que no querés hacerlo, pero salí a buscar tu objetivo. Una vez entiendas esto, tu día ya es diferente”, opinó al respecto.