El presidente partirá hacia el Vaticano cuando estén definidos por la Iglesia los rituales para la despedida final del sumo pontífice
Javier Milei viajará a Roma para participar del funeral del papa Francisco

El presidente Javier Milei decidió que viajará a Roma para participar del funeral del papa Francisco, según pudo confirmar Infobae de fuentes oficiales. La partida hacia la capital italiana se hará cuando el Vaticano confirme las fechas de las ceremonias para la despedida final del sumo pontífice.
La decisión del primer mandatario se conoció esta mañana, junto a la suspensión de todas las actividades oficiales que tenía prevista para hoy, vinculadas a tareas de gobierno y una entrevista junto al vocero y candidato porteño, Manuel Adorni.
El viaje, de todos modos, depende de la confirmación por parte de las autoridades vaticanas que están a cargo de la organización de los actos fúnebres para la despedida final del santo padre. Es que Francisco aprobó en noviembre pasado una nueva edición del “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, el documento que regula esos ritos.
En ese momento, y con la salud ya deteriorada, el santo padre resolvió hacer una serie de modificaciones con el objetivo de simplificar ciertos aspectos de la ceremonia y expresar de manera más clara la fe en Cristo resucitado.
Se prevé que el primer mandatario argentino viajará junto a una reducida comitiva, que integrarían en principio su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, el canciller Gerardo Werthein, y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, quien recibió a las 4 de la madrugada (hora argentina) la confirmación desde Roma del fallecimiento de Francisco.
El presidente se mostró conmovido por la partida de quien fuera el cardenal de Buenos Aires y primado de la Iglesia Católica de Argentina. “Con profundo dolor me entero esta triste mañana que el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, falleció hoy y ya se encuentra descansando en paz”, afirmó Milei.
Y agregó: “A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí. Como Presidente, como argentino y, fundamentalmente, como un hombre de Fe, despido al Santo Padre y acompaño a todos los que hoy nos encontramos con esta triste noticia”.
En muestra de respeto y recogimiento, todo el gobierno nacional y los dirigentes libertarios decidieron suspender las actividades proselitistas, desde las recorridas en las calles porteñas al acto que iba a hacerse mañana en La Plata con La Libertad Avanza bonaerense, junto a Karina Milei, Sebastián Pareja y que tenía previsto cerrar el Presidente.
Los cambios en las ceremonias
De acuerdo con la segunda edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, aprobada por el papa Francisco el año pasado, el funeral se realizará mediante rituales funerarios que fueron simplificados con el objetivo de enfatizar su papel como simple obispo y permitiendo el entierro fuera del Vaticano de acuerdo con sus deseos. De todos modos, permanecen los tres momentos clave que deben ser observados entre la muerte de un papa y su inhumación.
Las reformas están incorporadas en el delgado volumen rojo “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, que en latín significa “Rito de entierro de los pontífices romanos”. Francisco reveló que trabajó los cambios con el maestro de ceremonias litúrgicas del Vaticano, el arzobispo Diego Ravelli.
Al explicar las reformas, Ravelli dijo que los cambios apuntaban a “enfatizar aún más que el funeral del pontífice romano, es el de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de un hombre poderoso”. Lo cierto es que las tres estaciones o momentos principales ocurren primero en su casa, luego en la Basílica de San Pedro y posteriormente en su lugar de entierro.
Durante estas instancias el público y las autoridades -como puede ser el caso de Javier Milei y su comitiva- tienen participación limitada.
Después de la intervención del jefe del servicio de salud del Vaticano -que tuvo la tarea de examinar y determinar la causa del deceso y redactar un informe- su cuerpo debía ser vestido de blanco, para luego reposar en la capilla personal del sumo pontífice para el pronunciamiento ritual de la muerte, que es presidido por el camarlengo, quien dirige la administración de la Santa Sede entre el fallecimiento o renuncia de un pontífice y la elección de otro.
El camarlengo actual es el cardenal estadounidense Kevin Farrell, uno de los ayudantes más cercanos de Francisco. A diferencia del pasado, Bergoglio decidió que ya no se requiera de que el cuerpo se coloque en tres ataúdes hechos de ciprés, plomo y roble. Ahora se dispondrá de un ataúd de madera con uno de zinc en su interior.
De acuerdo a lo que trascendió en fuentes vaticanas, el proceso se iniciará en un plazo no menor de 48 horas y no mayor de la semana. El cuerpo del papa no deberá ser colocado sobre un féretro elevado, sino que estará a nivel.
La reforma de Francisco permite el entierro fuera del Vaticano bajo la presidencia del camarlengo. Es que el Papa planteó que no quería ser enterrado en la Basílica de San Pedro o sus grutas, donde están la mayoría de los papas, sino en la Basílica de Santa María la Mayor, al otro lado de la ciudad.
Su elección refleja su veneración por un ícono de la Virgen María que se encuentra allí, la Salus Populi Romani (Salvación del pueblo de Roma). Después de la sepultura, la Iglesia católica inicia nueve días de luto oficial, conocidos como los “novendiales” y luego comienza el cónclave.