En la charla, el entrenador explicó que la restricción va más allá del ámbito futbolístico, extendiéndose incluso a su vida cotidiana. «Está prohibido, es algo de familia ya. En mi casa tampoco. Acá nadie puede usar el rojo. No tengo nada rojo», declaró Costas, subrayando la arraigada aversión al color asociado a Independiente, el eterno rival de Racing.

A pesar de la aparente rigidez de esta regla, el DT mencionó que la relación con los hinchas de Independiente es marcada por el respeto. Originario de Avellaneda, Costas destacó su estrecho vínculo con la ciudad y la convivencia con amigos que son seguidores del equipo vecino.

«Yo nací y me crié acá en Avellaneda. Tengo muchos amigos hinchas de Independiente. Eran más de ellos que de los nuestros. Había que tener huevos para ser hincha de Racing en Avellaneda en esa época», expresó.

En un giro anecdótico, Costas recordó su experiencia como entrenador del Independiente Santa Fe en Colombia, coincidiendo en el nombre y colores con el equipo argentino rival. «Yo iba con una de color gris. Y ahí es donde gané más campeonatos: cinco. Y cada vez que salíamos campeones, nos daban la roja pero yo la llevaba en la mano», relató el técnico, destacando la ironía de llevar consigo el distintivo color rojo en esos momentos de triunfo.

A pesar de su paso por el fútbol colombiano, Costas aseguró que su enfoque siempre estuvo en promover la identidad racinguista. «Yo a ellos les hablaba siempre de Racing. Es más, uno de los pibes de la barra de Santa Fe tenía el escudo de Racing. Al día de hoy ellos me llaman por teléfono. El equipo se llama Santa Fe», concluyó entre risas el entrenador.