El segundo partido entre Boca y Palmeiras por un pase en la final de la Copa Libertadores consagró como héroe al arquero Sergio Chiquito Romero. El plantel regresó al país luego de la victoria y el arquero apareció de manera inesperada en el estudio de El Club del Moro, el programa radial en el que trabaja Eliana Guercio.
La emoción de Eliana Guercio al ser sorprendida por su marido, Chiquito Romero
“Qué hermosa historia de amor. Él viene de jugar y le va a dar un beso”, dijo la panelista Costa, mientras que el conductor, Santiago del Moro luego explicó: “Estábamos haciendo el programa y la Guercio bajó corriendo. Está Chiquito Romero que pasó a saludar a la Guercio, a puro beso con Chiquito, después del triunfo de Boca anoche. Eso es amor, se vino de Ezeiza acá”.
El arquero entró al estudio y terminó siendo entrevistado. “A lo largo de lo que fue mi carrera hemos luchado bastante nosotros. A ella no le gusta mucho que lo diga pero hemos luchado contra 15, 16 o 17 años contra una rodilla bastante molesta, inquieta. Esta última operación que me tocó el año pasado en Boca con el doctor Batista nos cambió la vida a los dos, a todo el mundo. Pasó a ser una rodilla como cuando tenía 16 años, una rodilla nueva, sin líquido, sin dolores, sin molestias. Me permitió volver a laburar de la mejor manera. Hoy en día poder disfrutar este presente para nosotros es espectacular. Demostrarle nuevamente a todo el mundo que uno está entero, activo, que uno puede. Porque se han dicho tantas cosas el año pasado… Por ahí no era para matarme a mí, era para matar a la dirigencia de Boca”, dijo Romero.
“Tengo una cabeza bastante particular. Nunca me molestó una crítica. Sé quién dijo cada cosa, eso sí, porque soy una persona que le gusta estar informada. Pero no me toca a mí, no me llega, por ahí le afectaba más a ella (Eliana Guercio) que a mí. Pero a mí no”, agregó.
“La Guercio que no para de llorar porque ella conoce la interna, el sufrimiento”, detalló el conductor y después Guercio acotó: “Conozco el laburo y no bajar los brazos. La verdad que más allá de lo que uno pueda colaborar, si no está en él esa fuerza interior, es como todo. Vos podés, vos podés, pero soy yo el que tiene que ir, hacer la rehabilitación, hacer el ejercicio, que te duela, es un montón. Él tuvo de verdad un laburo durante muchos años de locos. Como todo el mundo con problemas. Vivir con dolor, porque es vivir con dolor, fue muy duro. Después se acostumbró… Y que ahora, yo soy de Boca, estando acá haya podido estar como está ahora me hace feliz porque sé que lo puede disfrutar, que no llega a mi casa a ponerse el hielo. Fueron 14 años”.
Otro momento romántico fue cuando le preguntaron en quién pensó cuando le dio a Boca el pase a la final de la Copa: “Acá la tengo al lado… En mis hijas que sabía que estaban felices, contentas, que era un alboroto, estaban como locas. Cuando llegué al vestuario lo primero que hice fue llamarla por teléfono a ella y me dice ahí tenés a una que ya está durmiendo, la otra estaba durmiendo con el perro en la cabeza. Luca que me decía papá, apuntaba al teléfono y a la tele. Jazmín ya es una bostera más, está más fanática que nunca”.