Como si fuera un videojuego, los estudiantes podrán recorrer ese mundo para aprender sus aspectos técnicos y reflexionar sobre sus desafíos regulatorios. El interrogante sobre cómo estas herramientas tecnológicas pueden abrir un nuevo paradigma de aprendizaje, que también obliga a pensar en su costado ético y social.
La UBA lanzó su propio Metaverso en una experiencia única para la región
La Universidad de Buenos Aires lanzó este jueves su propio Metaverso, un espacio digital que tiene como escenario a la Facultad de Derecho y se asemeja a un videojuego, donde los y las estudiantes podrán recorrer espacios, leer, interactuar entre sí sobre contenidos pedagógicos y hablar con sus docentes a partir de personajes gráficos (avatares), lo que inaugura una experiencia de enseñanza-aprendizaje “única en la región”.
Como si fuese el trailer de una película animada, un avatar camina por los alrededores de la escultura Floralis Genérica, situada en la plaza Naciones Unidas, y luego va hacia las escalinatas de la facultad, donde ingresa y se encuentra con otra persona que le dice: “en el Metaverso también tenemos derechos”, es una pequeña muestra del nuevo mundo interactivo que se presentó esta tarde en el salón de actos de la Facultad de Derecho.
Un nuevo paradigma que se abre con el Diplomado en Metaverso y Gaming que dictará el Laboratorio de Innovación e Inteligencia Artificial de la UBA (Ialab), una formación que abordará el tema desde diversos enfoques: las tecnologías y las oportunidades de trabajo que plantea este mundo hasta la cuestión ética y los desafíos regulatorios.
Por ejemplo, ¿qué responsabilidad penal le cabe a quien comete un delito en el metaverso? ¿Cuáles son los límites entre el mundo físico y virtual? ¿Qué sucede con los actos de discriminación o de agresión sexual? ¿Con qué medidas de seguridad se cuentan? Interrogantes a los que también se suma la cuestión de los sesgos algorítmicos de género y las posibles problemáticas que pueden surgir de los sistemas de reconocimiento facial.
El aula será el metaverso, el escenario que se intentará enseñar: “Desarrollamos un metaverso para explicar el metaverso, y es una experiencia que no existe en ninguna otra universidad latinoamericana”, destacó a Télam Juan Corvalán, director de la formación y del Ialab.
El desafío de este diplomado, señaló, es generar una “estrategia de transformación pedagógica sobre la forma de evaluar y la forma de leer, para que se vuelva más interactiva e inmersiva”, explicó el especialista.
“La idea también es combinar miradas desde un lugar multigeneracional, es decir: aprender de gente con mucha experiencia y también de jugadores jóvenes de videojuegos que tienen habilidades propias del gaming y luego se pueden trasladar, por ejemplo, a un trabajo”, reflexionó
Esta primera versión del metaverso «es una prueba piloto», aclaró, y «la idea es trasladarlo después a otros contenidos y otras facultades de la UBA”.
Qué es el metaverso
Hay diferentes formas de definirlo y hoy no tiene una versión acabada ya que está en desarrollo, pero en términos generales se lo conoce como un universo inmersivo que integra la realidad virtual y la aumentada, donde se pueden generar diferentes acciones (tal como en el mundo físico, por ejemplo comprar en un supermercado) y que tiene como puerta de entrada a los avatares, que “constituyen un nuevo modo de intermediación con la tecnología”, explicó el especialista.
“Hoy nuestro modo de intermediación con la tecnología es a través de clicks, aperturas de ventanas, el mouse/joystick o hablándole a una máquina para que haga algo, pero lo que hace el avatar es enriquecer esa experiencia», completó.
Es una expresión más sofisticada que, en algunos casos, suma técnicas de representación super-realistas como sucede, por ejemplo, con los personajes de jugadores de fútbol en algunos videojuegos.
Existen metaversos más y menos sofisticados, en el caso de la UBA “quisimos hacerlo inclusivo por lo que no se requerirá contar con un casco para recorrerlo y se lo podrá hacer con el teclado de la computadora, como si fuese un espacio digital», remarcó.
Las personas van a poder descargarse en su computadora un programa ejecutable de esta primera versión del metaverso, luego elegir su avatar (que están diseñados sin género) y finalmente empezar a moverse por el escenario que incluye la Facultad de Derecho y sus alrededores (hasta el monumento de las floralis genérica).
Allí se van a encontrar con algunas experiencias como, por ejemplo, poder recorrer los rincones de esa casa de estudios y encontrarse con una persona que les contará la historia de la UBA.
Corvalán explicó que la formación tiene dos modalidades: una gratuita para cualquier persona y sin requisitos previos, que tiene una duración de 20 horas; y otra paga, con característica de posgrado, cuya inscripción se puede realizar aquí.
La cuestión social y ética
Durante la presentación, hubo paneles con referentes que abordaron los diferentes enfoques de este universo, como la cuestión ética y social del metaverso y el desafío que plantea en el futuro.
Uno de ellos fue Lee Ullmann, director para América Latina de la escuela de Administración del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quien consideró «excelente que la UBA ingrese a este mundo”, pero remarcó la importancia de que “se siga pensando en el aspecto social de la inteligencia artificial sobre cómo mejorar la vida de las personas y del planeta”.
“No creo que debamos parar, pero en paralelo necesitamos pensar en la ética y la responsabilidad social de lo que estamos haciendo”, completó el referente del MIT.
En esta línea, se expresó Cecilia Danesi, Investigadora y profesora en inteligencia artificial y género, quien dijo: “Es clave que trabajemos con una mirada ética y social de la inteligencia artificial, y no detrás de un objetivo económico”.
En la presentación también expusieron Daniela Dupuy, directora de la Diplomatura Internacional en Ciberdelincuencia y Tecnologías en Investigaciones; Leandro Vergara, decano electo para el período 2023-2027 de la Facultad de Derecho de la UBA; y Daniel Pastor, secretario de Investigación de la Facultad de Derecho de la UBA, entre otros referentes.