MÚSICA

Maroon 5 en el Campo de Polo: una dulce revancha a puro baile

Con el bale como protagonista, la banda se reencontró con los fans locales, tras la doble frustración de haber tenido que postergar su show en nuestro país en 2020 y 2021 debido a las restricciones sanitarias por la pandemia.

Fuente: Télam
maroon 5

Tras la doble frustración de haber tenido que postergar su show en nuestro país en 2020 y 2021, debido a las restricciones sanitarias por la pandemia de coronavirus, Maroon 5 se tomó la noche del viernes una dulce revancha al concretar su reencuentro con los fans locales en un concierto en el Campo Argentino de Polo, en el barrio porteño de Palermo, en el que el baile fue el gran protagonista.

Los innumerables y pegadizos hits, el predominio rítmico, las impecables interpretaciones y el magnetismo de su líder, el cantante Adam Levine, fueron los ingredientes que coincidieron para que Maroon 5 brillara ante los 40.000 seguidores argentinos que se acercaron al lugar, según datos de los organizadores, que también informaron de 100.000 personas conectadas a la transmisión por streaming de Flow.

En tal sentido, la banda se aseguró que en su repertorio no faltara ninguno de sus grandes clásicos y optó por agruparlos en tandas que oficiaron de muestra de sus distintas caras musicales, desde las cercanas al funk y la disco, pasando por las baladas más convencionales y las incursiones en rítmicas ligadas a lo urbano.

Más allá del mayor o menor golpe efectivo en cada pasaje, la solidez de la banda y el particular brillo que le dan el guitarrista James Valentine, brillante en la labor rítmica con su toque funky y preciso a la hora de los solos; y el gran frontman y notable cantante Adam Levine mantienen su intensidad a lo largo de todo el concierto.

La presencia de Maroon 5 ya de por sí despertó gran expectativa por el condimento dramático que le confiere el haber sufrido la cancelación de su concierto el 12 de marzo de 2020, pocas horas antes de su inicio, debido a que se anunciaban las primeras restricciones sanitarias ante el avance del coronavirus. Como si eso fuera poco, el recrudecimiento del confinamiento se volvió a sentir en marzo de 2021, fecha elegida por la banda para la reprogramación del postergado show.

Así se notó cuando alrededor de las 21.40 el grupo puso en marcha su presentación con un vendaval de diez canciones sin interrupción entre el final de una y el comienzo de la otra, en el que desplegó lo mejor de su repertorio escénico.

Con el ritmo como gran timonel, Maroon 5 hizo gala de un elegante funk y disco, todo pasado por el tamiz del pop, a través de una seguidilla conformada por «Moves Like Jagger», «This Love -con Levine luciéndose con un solo de guitarra hacia el final-, «Stereo Hearts», «One More Night», «Animals», «What Lovers Do», «Makes Me Wonder», «Wait», «Maps» y «Harder to Breathe».

Los falsetes de Levine, tan asociados a los Bee Gees como a Prince o Michael Jackson; la base rítmica conformada por las guitarras de Valentine y Jesse Carmichael, el bajo de Sam Farrar y la batería de Matt Flynn; y las sutilezas electrónicas del tecladista y programador PJ Morton, se confabularon para brindar una lúcida lectura pop a sonidos negros.

Recién en la mitad del concierto llegó el respiro con las palabras de Levine recordando el infortunio de dos cancelaciones y resaltando por eso mismo su alegría de estar finalmente frente al público argentino

«Que tengan la mejor noche posible….carajo», dijo el cantante, quien remarcó esta última palabra en un claro español, aunque aclaró que era una las pocas que había aprendido de nuestro idioma.

Sentado en un banquito al borde de una pasarela que lo acercaba al público, en compañía de los dos guitarristas, el vocalista entonó la acústica «Payphone» y dio inicio a otro momento musical del show, en donde aparecieron más baladas y sonoridades urbanas, como el caso de «Girls Like You».

«Lost», «Beautiful Mistakes», «Don´t Wanna Know» y «Cold» conformaron un bloque que conectó ya no tanto desde el baile, sino desde la emoción, aunque tal vez aquí se haya visto el costado menos interesante y más previsible de la banda. Y aunque no perdió precisión ni efectividad al encarar las baladas en relación a su cara más bailable, transitó por terrenos más convencionales.

«Sunday Morning» con el piano soulero dieron otro tono a este último tramo y ofreció acaso uno de los momentos más inspirados de la noche, con su vibrante crescendo rítmico y su solo de guitarra final de conmovedor tono.

El cierre antes de los bises fue con la mencionada «Girls Like You», que trajo a Cardi B desde las pantallas con su parte rapeada.

«Love Somebody», «Memories» y «She Will Be Loved» se sucedieron en unos bises que se mantuvieron en la senda de las baladas. Sin embargo, junto a ciertas infaltables expresiones demagógicas -como el elogio a la comida y a las chicas argentinas- fueron preparando el terreno para la gran explosión final.

Alrededor de una hora y media después del arranque con «Moves Like Jagger», Levine y compañía volvían a invitar a mover el cuerpo con «Sugar», en una prueba cabal de las virtudes de la banda en materia bailable.

Sobre el final, con los miembros de la banda fundidos en un abrazo en el centro del escenario, saludando con una reverencia al público, quedó finalmente un dulce sabor a revancha que minimizó la frustración a último minuto de hace dos años y la larga espera. Y encima fue con gran baile incluido.

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