En la nueva película de Diego Lerman, el actor de 47 años intepreta a un profesor de literatura de una escuela del Conurbano donde debe convivir con la marginalidad y el narcotráfico.
Minujín: «Me interesan los personajes que sin bajar línea reflejan la condición humana»
El actor Juan Minujín es el protagonista de «El suplente», la nueva película de Diego Lerman que cuenta las dificultades que se presentan en una escuela secundaria del Conurbano y las relaciones que se establecen entre alumnos y docentes en un contexto de pobreza y exclusión.
La película aborda los contrastes entre la clase media a la que pertenece Lucio (Minujín), docente universitario y poeta, que regresa a su barrio en el Conurbano en como profesor de literatura en una escuela secundaria cruzada por las necesidades, la cercanía con la marginalidad y el narcotráfico, se estrena comercialmente el próximo jueves.
«La tarea era esa, poder encontrar a ese profesor universitario de la historia, con una hija que está intentando ingresar al Nacional Buenos Aires o al Pellegrini, un colegio así, y que a su vez, tiene como algún vínculo con el barrio popular el que va a trabajar», explica Minujín en entrevista con Télam en un hotel del barrio porteño de Recoleta sobre la composición de su personaje.
«Me interesan los personajes que sin bajar línea, reflejen algo de la condición humana y en este caso, es muy claro que hay un tema social que también abarca otros temas», completa describe el actor.
A la par del estreno de este estreno cinematográfico local, el intérprete, de 47 años, fue confirmado como el encargado de asumir a Guillermo Coppola en la serie sobre quien fuera representante de Diego Maradona y que en 2024 se verá por la plataforma de streaming Star+ con dirección de Ariel Winograd.
Además de Minujín, «El suplente» cuenta en su elenco con Alfredo Castro, Bárbara Lennie, Rita Cortese y Renata Lerman -Concha de Plata en San Sebastián a la Mejor Interpretación de Reparto-, pasó por el Festival de Toronto y abrió la última edición del Festival de Biarritz en Francia.
-Juan, ¿cómo fue el trabajo de construir a Lucio, un profesor universitario que con sus contradicciones, termina trabajando en un colegio secundario del Conurbano?
-Yo tengo una formación de mucho trabajo físico, de danza contemporánea y si bien en la película está muy mediatizado por el encuadre, para mí las herramientas del actor son la cabeza, el cuerpo y la voz, en general trabajo así, en cómo se sienta el personaje, cómo se mueve, los habito desde ahí. Después fui trabajando mucho con Diego (Lerman), entrevistamos juntos a muchos docentes y por mi parte, también hablé con profesores de literatura de la UBA, en muchos casos escritores.
La tarea era esa, poder encontrar a ese profesor universitario de la historia, con una hija que está intentando ingresar al Nacional Buenos Aires o al Pellegrini, un colegio así, y que a su vez, tiene como algún vínculo con el barrio popular el que va a trabajar como maestro y a donde vive su padre, que es un exiliado chileno. Es decir, fuimos armando capas y capas y capas de un personaje que tiene un perfil de alguien de clase media que sabe cómo es la situación en los barrios, que sabe cómo dar una mano sabe cómo ayudar, pero que cuando llega ahí se da cuenta que no sabe nada porque la situación es mucho más compleja.
-¿Te interesan particularmente cuando te convocan para trabajar en historias que tienen un fuerte componente social?
-En principio sí, yo me crié en México exiliado con mi familia entre 1976 y 1983, con lo cual digamos la cuestión social siempre estuvo circulando en mi vida, en mi casa, este todavía hoy sigue siendo importante con mis papás, con mis hijas.
Me interesan los personajes que sin bajar línea, reflejen algo de la condición humana y en este caso, es muy claro que hay un tema social que también abarca otros temas, porque me parece que a esta altura también es muy difícil hablar de políticas sociales, sin hablar de narcotráfico, es una problemática que se entreteje de manera muy compleja.
-Pero más allá del desconocimiento, lo que transmite tu personaje es que el único instrumento de cambio para la situación de estos chicos es la educación.
-Eso también este surgió de las entrevistas, en donde se nota que el trabajo de los docentes y sobre todo de los docentes de colegios secundarios en barrios populares es una militancia, que pone a la educación como la herramienta verdadera de transformación, la educación para que esos chicos puedan leer la realidad de una manera que les ayude a pensar y transformarla.
-¿Cómo fue el trabajo tuyo y del resto de los actores profesionales con los chicos?
-Trabajamos y ensayamos mucho con ellos. Yo me vinculé mucho pero tratando de seguir sosteniendo esa incomodidad que tiene mi personaje, que es, «bueno, por dónde le entro a estos adolescentes», teniendo en cuenta que todos los adolescentes son un poco inabordables, pero en este lugar en donde las carencias son enormes, hay poco espacio para recurrir solamente a las herramientas educativas, así que todo es más desafiante todavía
Todo este proceso fue muy enriquecedor, había algo que era a favor y es que entrara a un colegio secundario en un barrio popular era algo muy nuevo para el personaje que interpreto, porque se trata de un profesor de letras de la UBA, alguien por el que normalmente la gente quiere escuchar y en cambio aquí sucede lo contrario y primero se tiene que ganar la atención de los chicos.
-Pero además de lo social la película también refleja la vida y los problemas de clase media del protagonista incluso con algo de humor
-Claro, está atravesado por lo que le pasa a él en su intimidad, me parece que ese es el hallazgo de la película y el hallazgo de la mirada de Diego, que no se trata solamente del aspecto social del asunto, sino que refleja la vida de esos chicos, la vida de este profesor con su hija, con su ex esposa, con su papá.
-La película pasó por en los festivales de Toronto, San Sebastián y Biarritz. ¿Creés que la buena recepción que tuvo es porque aborda temas universales?
-Lo de los festivales fue muy gratificante, me alegra mucho que una película así pueda viajar y pueda ser vista en otros lugares.
En ese sentido ahí se explica y se contesta la discusión que siempre está sobre para qué sirve la plata en la cultura. Me parece que la idiosincrasia de los pueblos se cuenta mucho a través de la cultura, digo esto porque toda la gente que nos dedicamos al cine todavía estamos esperando que haya respuesta desde el Senado de la Nación para que se sostengan los fondos para la cultura -se refiere a la ley de asignaciones específicas para el fomento del sector, que ya tuvo media sanción en Diputados-, que son fundamentales, eso se ve en otros países que no tienen cine y no sabemos nada de ellos.