El encuentro tuvo lugar en la Suzanne Lenglen, la segunda pista en importancia del complejo tenístico de París. A pesar del calor pegajoso, la afición española llenó las gradas, animando fervorosamente a sus ídolos.

Las banderas rojas y amarillas ondeaban mientras Nadal y Alcaraz mostraban su habilidad y sincronización en la cancha, a pesar de algunos errores típicos de quienes no están acostumbrados al juego de dobles.

La presión al resto desde el primer juego y la energía contagiosa de ambos jugadores marcaron el ritmo del partido.

El segundo set fue un reflejo del primero, con oportunidades de rotura desperdiciadas por los españoles. Aunque lograron mantener su nivel, los neerlandeses se llevaron el set en una tiebreak que Koolhof cerró con una cómoda volea.

Sin embargo, el super tie break mostró el verdadera nivel de los españoles ya que comenzaron con fuerza, alcanzando rápidamente un 5-0. Cada golpe resonaba en la pista, y finalmente, un saque de Alcaraz que Griekspoor no pudo devolver aseguró la victoria.

«A nivel personal, me parece totalmente innecesario jugar unas olimpiadas con super tie break. En un torneo del circuito me parece entendible porque permite a los jugadores individuales disputar también el dobles pero los Juegos son cada cuatro años y son los partidos de dobles más importantes de nuestras vidas y este formato es un poco una lotería», reveló Nadal sobre el super tie break.

Ahora, en los cuartos de final, se enfrentarán a los estadounidenses Rajeev Ram y Austin Krajicek, quienes tienen un impresionante historial en dobles.

Ram, ganador de múltiples Grand Slams y ATP Finals, y Krajicek, campeón de Roland Garros 2023, serán un desafío formidable.

Sin embargo, con la determinación y el talento demostrados, Nadal y Alcaraz tienen todas las herramientas para seguir adelante en su camino hacia la gloria olímpica.