Hubo quejas de los padres por el uso de estos textos -que incluyen crudas descripciones de actos sexuales- en clases de ESI. El ministro de Educación de la provincia defendió lo que calificó como “una acción educativa” y una “lectura coral” guiada por un docente
Polémica por las escenas de sexo explícito en libros de colegios bonaerenses para chicos desde los 14 y 15 años
“Apoyó el hueco de su c… en la punta de la mía y empezó a moverse”; “…contó que sexo oral significa que el hombre le ponga el pito en la boca a la mujer y que ella chupe…”; “Se desnuda y se sube arriba mío. Me toca. Me penetra con el pene. A mi me duele”; “Sacó su p… por encima del bóxer y me la acercó a la boca…”
Estas son algunas de las frases incluidas en cuatro de los títulos que el gobierno de la provincia de Buenos Aires distribuye a las escuelas, y que han generado polémica y sobre todo mucha inquietud entre los padres
Hace un par de semanas, se produjo un escándalo en Mendoza por el uso de una de estas novelas en una clase de secundaria. Los padres de los alumnos denunciaron al profesor de Lengua y Literatura del Colegio Corazón de María porque les hizo leer ese libro para comentarlo en clase. Les pidió a los chicos que contaran qué habían sentido al leerlo, algo que generó una lógica incomodidad en los estudiantes.
En Mendoza, el caso generó la suspensión temporal del docente y varias denuncias penales en su contra. Pero el libro que causó la polémica es distribuido gratuitamente a todos los colegios de la provincia de Buenos Aires junto con muchos otros en el marco del programa “Identidades bonaerenses”, cuyo catálogo de títulos puede consultarse en la web.
La novela en cuestión es “Cometierra”, de la escritora Dolores Reyes. Y contiene párrafos como el que sigue:
“Con la mano libre, se desabrochó el cinturón, bajó el cierre del pantalón y se lo quitó. La otra mano se cerró en mi nuca. No me podía mover. Tiró de mí. Sacó su p… por encima del bóxer y me la acercó a la boca. Me dejé llevar a un beso tan suave como si lo que besaba fuese una lengua. Le bajé el bóxer del todo. La piel que tocaba me gustaba. Podía apretarla con los labios mientras la p… jugaba en mi boca y se iba hundiendo. Ezequiel me miró chupar y yo también lo miré a él. Me agarró la cabeza con las dos manos. Mantuvo un rato la presión, hasta que en un movimiento sacó su p… de mi boca y sus manos buscaron mi cadera. Me llevó hacia él.”
La presentación del libro Cometierra en el catálogo de «Identidades bonaerenses»
También en una escuela de la provincia de Neuquén había habido polémica por el uso de este libro y algo similar ocurrió en Necochea.
“Dar información que no es acorde con la edad también es una forma de corrupción de menores -dijo el psicólogo clínico Ezequiel Baigorria a Infobae-. Los chicos no están preparados para recibir información de sexo adulto. Se naturalizan y se asimilan cosas que no tienen por qué ser naturales para ellos en esas edades. Por ese lado es grave y es lógico que los padres se enojen”.
Y, en referencia al hecho de que se pretenda leer estos libros en el aula y forzar conversaciones grupales sobre el tema, agregó: “Es un atentado al pudor y uno puede preguntarse ¿por qué les interesa tanto hablar de eso con los chicos? No es una demanda de los menores sino un interés de adultos”.
Otra de las novelas del catálogo es “Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara, una suerte de spin off del Martín Fierro, con el protagonismo de la mujer del gaucho, sobre la cual se puede imaginar cualquier cosa ya que José Hernández casi no la describe.
Este es un párrafo del libro:
“Apoyó el hueco de su c… en la punta de la mía y empezó a moverse adelante y atrás, a resbalar sobre mis resbaladizas, sobre mis viscosas carnes íntimas, sobre mi c… que latía, echando burbujas como agua hirviendo y la veía a Liz desde abajo cuando se hamacaba para atrás y la seda del vestido no me cubría los ojos, las tetas meciéndose…”
El libro de Gabriela Cabezón Cámara que integra el catálogo de Identidades bonaerenses
Esta distribución de textos con contenido porno – “Lo pornográfico no necesita de imágenes, un texto también puede serlo”, advierte Baigorria- se da en el marco de una intensificación de la importancia que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires le está dando a la ESI en el marco de la currícula escolar. La Educación Sexual Integral se ha convertido en la prioridad de las autoridades educativas en muchos distritos. Algo difícil de entender cuando se ve que los principales déficits de los alumnos están en la lectoescritura y en la matemática, tradicionalmente los contenidos troncales de toda educación.
Como ejemplo de esta escala de prioridades, la semana pasada, los días 24 y 25 de octubre, el gobernador, Axel Kicillof, y el director general de Cultura y Educación, Alberto Sileoni, presidieron el Primer Congreso Provincial de Educación Sexual Integral en La Plata, del que participaron docentes de todos los niveles y modalidades educativas. También estuvo Julio Alak, intendente de la capital provincial.
“Este encuentro forma parte de un proceso y de una planificación que venimos llevando adelante para jerarquizar la educación sexual en todas las escuelas bonaerenses”, confirmó el gobernador.
Sileoni aprovechó la oportunidad para salir al cruce de las críticas por los libros distribuidos. “Que millones de niños y adolescentes puedan acceder a pornografía con un clic no escandaliza -dijo- Una acción educativa de un libro mediado por un docente que ayuda a leer y comparte una lectura coral con el resto de los estudiantes, eso sí escandaliza”.
Primer Congreso Provincial de Educación Sexual Integral en La Plata
Más allá de la acusación infundada sobre que el consumo de pornografía por parte de menores “no escandaliza”, cuesta creer que la solución sea instalar el porno en la escuela. O que la naturalización de todo tipo de prácticas sexuales sea el mejor mecanismo para prevenir abusos o embarazos precoces.
“Yo me tendí y abrí las piernas. Ezequiel besó mis tetas, que son del tamaño de un puño cerrado. Después, sin apartar su boca de mi pecho, bajó una de las manos hasta mi c… Me acarició. Sentí sus dedos hirviendo. Me fui mojando. Él siguió un poco más, después llevó la mano de nuevo a mis caderas. Una mano seca y la otra mojada me agarraban firmes. Quería verlo cuando entrara. Quería acariciar su espalda que estaba encima de mi cuerpo”. (Cometierra)
Los libros con contenido de sexo explícito que recomienda la provincia están sugeridos a partir del ciclo orientado, es decir 3°,4° y 5°, o sea niños desde los 14 ó 15.
Todo esto se presenta siempre bajo un objetivo loable. Por caso, en el relato de las autoridades bonaerenses la finalidad de la ESI es prevenir los abusos. Los libros recomendados también crearían conciencia sobre la violencia de género.
Uno de los problemas de este tipo de “acciones educativas”, como las llama Sileoni, es que no tienen en cuenta la maduración de cada chico -no siempre pareja a la misma edad-, que no respeta la intimidad de cada uno al forzar a los alumnos a compartir, en un contexto público y colectivo, emociones que son privadas.
Un argumento reiterado por los defensores de la ESI es la de la detección de abusos. Se instala el discurso de que los chicos son abusados en la casa y esto se detecta en la escuela. Conclusión curiosa y también maniquea, porque sobran los ejemplos de abusos cometidos en establecimientos escolares o bien de situaciones no detectadas en esos ámbitos. Son clasificaciones arbitrarias. Pero Sileoni no se privó de hacerlas. “Los que dicen ‘con mis hijos no te metas’, también se bancan que venga un chico con un moretón…”, señaló.
En concreto, ninguneó a los padres y los acusó de tolerar abusos. “No nos oponemos a la familia”, dijo, para de inmediato agregar: “El hashtag ConMisHijosNoTeMetas es falso, porque desconoce la legalidad”, sostuvo. Y se escudó en el Código Civil y las Convenciones internacionales que la Argentina ha suscripto y que hablan del “interés superior del niño”. Pero esas mismas convenciones y la Ley Federal de Educación, entre otros, consagran el derecho de los padres a opinar sobre los contenidos de la educación de sus hijos y los reconocen como primeros actores del proceso educativo.
Por otra parte, ¿quién interpreta cuál es el interés superior del niño? ¿Un funcionario? ¿La familia no tiene nada que decir al respecto?
El 31 de octubre pasado, el tema fue tratado en el Concejo Deliberante de La Plata porque el bloque Pro Libertad presentó un proyecto para manifestar “la preocupación del cuerpo por la difusión del material bibliográfico, que fue entregado en escuelas y bibliotecas por parte de la Provincia de Buenos Aires (…), con contenidos sexuales explícitos”.
María Belén Muñoz fue la encargada de presentar este reclamo, mientras que Micaela Maggio, de Unión por la Patria, defendió la política del área educativa y valoró positivamente que se hable abiertamente de sexualidad en las escuelas.
Ezequiel Baigorria dice que someter a los menores a descripciones de sexo explícito es una forma de abuso infantil, y que deja un trauma: “No es necesario que haya contacto físico para que haya abuso. Y un relato explícito es pornográfico aun sin imágenes”.
Por otra parte, agregó, “hay una híper estimulación o hipersexualización infantil. Aunque no sea traumático en sí mismo, de alguna manera se prepara el terreno para una mayor accesibilidad, se predispone al menor”.
Más extractos de los libros de la polémica
Extracto del libro “Las Primas”, de Aurora Venturini
“Cuando la interpelé a Petra acerca del término ella largó una carcajada y me gritó imbécil con más de dieciocho años no sabes siquiera pronunciar y con pose de maestra de sexto pronunció sexo oral y yo boquiabierta igual quedé en ayunas y le rogué me aclarara el tema porque sentía que debía ser eso que todas las chicas, según Petra, practican y se sentó en una silla y me dijo hacé de cuenta que soy un hombre, para el caso el quintero de marras que embarazó a Carina y sentada se abrió de piernas y me dijo que imaginara que ella siendo hombre tendría en lugar de cotorra un pene y que pene significaba el pito de los varones por donde mean y no la cotorra por donde lo hacemos nosotras las mujeres y que para no embarazarse no hay que dejar meterse el pene en la cotorra porque el semen que expele el pito es lo que contamina y después viene lo peor el embarazo y que ella le propuso al hombre de la quinta sexo oral y él encantado aceptó” (….)
“Siguió explicando siempre sentada con las piernas abiertas y contó que sexo oral significa que el hombre le ponga el pito en la boca a la mujer y que ella chupe como si chupara cualquier fruta o caramelo y de pronto salía el semen y que por esa vía no embarazaba y yo vomité ahí nomás y ella enfurecida y con razón juró que nunca me explicaría cosas íntimas aunque me convendría saberlas para que no me ocurriera lo mismo que a la inocente Carina y a su bebé y que cualquier hombre con tal de no comprometerse acepta el sexo oral y que a ella le parecía que son tan puercos que les gusta más así que de manera normal…. »
Extracto de “Si no fueras tan niña”, de Sol Fantin:
“Marcos saca dos cervezas de la heladera, me da una y se lleva la otra a la boca. Toma un trago y deja la botella sobre la mesa, como si estuviera ansioso. Sin nada, me agarra de la mano y me lleva a la habitación. Me tiende boca arriba en la cama de una plaza de la madre. Me desnuda. Se desnuda y se suba arriba mío. Me toca. Me penetra con el pene. A mi me duele. Él me mira fijo, serio, a los ojos. Yo siento que tengo que aguante. Sostengo la mirada. Él es el gurú. Él es el poeta de dios. Él es el guía espiritual que todos respetan, que a mi me eligió a mí, y yo soy chica, yo no sé, yo tengo que dejar que él me guíe. Gomo de dolor. Él me suelta”.
Otro fragmento de “Cometierra”:
“Para que entendiera, le toqué la p… por sobre el pantalón y con la otra mano agarré una de las suyas y me la llevé al nacimiento del pelo. Recién en el comienzo de las caricias Ezequiel aflojó y pudo sonreír. Me abrazó, me apretó contra él. Olerlo me encantaba. Estábamos solos en la casa, como si no importase nada más que nosotros dos y los besos que nos dábamos. Me puse a besarle el cuello, besos que pronto se transformaron en lamidas que me dejaron la mente en blanco. Sus manos de repente me soltaron, para desprender el botón de su jean, bajar la bragueta y hacer asomar su p… dura. Chuparle la p… a Ezequiel era como un juego para mí. Pensaba en un helado mientras le pasaba la lengua y se la besaba. Ezequiel me dejó jugar un rato, hasta que me agarró de los pelos y me puso de pie. Sus manos desabrocharon mi pantalón y lo bajaron bruscamente, como si me lo arrancaran, y después él me dobló contra el sillón de la salita de atender. Boca abajo, su mano tocó lo que su p… iba a penetrar, me acarició un rato largo, con todo el tiempo del mundo. Más que nada, sentía su calor. Costó un poco cuando empezó a meterse, un momento mínimo de dolor, pero después Ezequiel se estaba moviendo en mí y yo enloquecía.”