River no jugó a nada en Junín, empató con Sarmiento y para Marcelo Gallardo llegó la hora de una profunda autocrítica
River no jugó a nada en el Eva Perón, empató con Sarmiento y para Marcelo Gallardo llegó la hora de una profunda autocrítica

Que Franco Armani haya sido la figura estelar del empate 1-1 entre Sarmiento y River habla de la notable actualidad del arquero de 38 años y del flojísimo presente del conjunto comandado por Marcelo Gallardo, que sigue sin encontrarle la vuelta a un equipo repleto de figuras y que padece fecha tras fecha ante conjuntos con presupuestos infinitamente menores. La de Junín, al cabo, fue otra actuación preocupante de los de Núñez.
Para Gallardo llegó la hora de hacer una profunda autocrítica. Ya no le alcanzará con señalar la competitividad del fútbol argentino ni podrá argumentar que a la temporada le queda mucho por suceder. River no sólo juega mal, sino que no se vislumbra a lo que juega. No hay idea a la vista y la sensación es que los jugadores saltan a la cancha para imponerse desde el peso propio. Es verdad también que los niveles individuales son bajos. Pero, ¿qué es lo primero? O mejor: ¿quién es más culpable del presente?
Pasó de la sonrisa a morderse los labios Gallardo en el primer tiempo. Apoyado en el techo del banco de suplentes, el Muñeco observó con bronca los minutos finales de esa etapa. Ocurrió que River jugó pésimo el último tramo del juego, después de realizar una aceptable primera parte en la que incluso llegó al gol con Miguel Ángel Borja como protagonista, que volvió al gol tras 6 duelos de sequía.
Sarmiento fue más que River en varios tramos del partido.
Gallardo apeló a la rotación en Junín pensando en el choque del martes por Copa Libertadores contra Barcelona de Ecuador en el Monumental. De los habituales titulares aparecieron Armani y Franco Mastantuono. Tuvieron minutos Nacho Fernández, Ian Subiabre, Milton Casco y Miguel Borja, entre otros. Y entró con buena energía River, con las ganas de mostrarse de los suplentes.
Esta vez el esquema fue 4-2-3-1 (ya cabe preguntarse porqué cambia tanto de dibujos el entrenador), con Kevin Castaño y Rodrigo Aliendro en el eje. En pocas pelotas el volante colombiano volvió a evidenciar que es bueno en el manejo y que tiene muchísimo despliegue. Desde sus pies empezó a crecer River, que tuvo bastante movilidad en los atacantes.
Franco Armani, figura como siempre en un River que lo exige demasiado.
El mejor de esos minutos iniciales fue Mastantuono y ya no es sorpresa. Cada vez está más afianzado el zurdo de 17 años, que se sintió tan protagonista que hasta se animó a abandonar la banda derecha para aparecer por todos los sectores. En el gol de Borja, a los 29 minutos, desbordó por izquierda y puso la pelota al alcance del botín derecho del Colibrí, que se tiró con el pie en alto para anticipar la salida de Lucas Acosta, que un rato antes había tenido una buena doble tapada a disparos de González Pirez y Subiabre.
Pero algo le pasó a River en los instantes finales. Cometió faltas innecesarias y falló pases simples. Sarmiento empezó a llenar de centros el área de Armani y en una Juan Manuel Insaurralde le ganó la espalda a Pezzella para decretar el empate de derecha.
En el complemento se notó la confusión de todos en River. Gallardo se apresuró en los cambios y luego falló en la lectura. Aliendro pidió salir en todo momento y disputó los 90 minutos. Mastantuono, Nacho y Suabiabre no saltaron a jugar el segundo tiempo. Y más: Castaño se cansó rápido y recién fue reemplazado faltando nada.
River y la imagen del final, caras largas por el empate en Junín.
Conviene volver a los rendimientos individuales para que el peso no caiga solo en DT. Facundo Colidio se metió con ganas, lo opuesto a Matías Rojas, que juega en puntas de pie. Maximiliano Meza alterna buenas y malas: las pide a todos y las hace casi todas mal.
Lo de Sarmiento fue orden y progreso. Y con eso estuvo a nada de quedarse con los tres puntos. Solo que Armani se destapó con 4 grandes tapadas, la mejor luego de un disparo potente de Magnín que terminó pegando en el travesaño.
Pasó otro partido para el olvido de River. Es tiempo de pensar.