Sarmiento venciópor 2 a 1 a San Lorenzo en el estadio Eva Perón manteniendo su invicto como local,ambos goles fueron marcados por Jonatan Torres. Otro golpe para San Lorenzo que se acerca al abandono definitivo de la Copa de la Liga. Fueron demasiadas semanas agitadas las que vivieron los azulgranas. Les urgía encontrar una respuesta rápida. Necesitaban un triunfo. Lo precisaban como si se tratase de respirar. Pero otra vez el equipo falló.

El propio Troglio había definido este compromiso como una “final”. Por todo lo que arrastra Boedo en los últimos tiempos, hay mucho en juego. Permanentemente. Para el duelo de anoche, el técnico movió algunas piezas en la búsqueda por tener mayor peso ofensivo. En el lateral izquierdo, el que salió fue Gabriel Rojas y ese lugar volvió a ser ocupado por Nicolás Fernández Mercau. De este modo, Malcom Braida ingresó como uno de los extremos del equipo. Aunque no hay caso: el Ciclón apenas marcó siete goles en sus nueve encuentros, y ninguno fue celebrado por alguno de sus delanteros.

Sarmiento, por su parte, volvió a recibir a San Lorenzo después de 41 años en Junín (la última vez que se habían medido en el Eva Perón fue en el Metropolitano 1981 y terminó con un triunfo local por 2-0, con un doblete de Ricardo Gareca). El conjunto que dirige Israel Damonte comenzó la Copa de la Liga como uno de los animadores de la Zona 1. Llevaba tres partidos sin sumar de a tres, pero anoche se dio un gustazo de los grandes.

Las actitudes quedaron rápidamente al descubierto. San Lorenzo y un comienzo promisorio, parado en el campo del rival y arrimando peligro con Fernández Mercau desde la media distancia. Con Ricardo Centurión recostado en la izquierda, allí donde se siente más cómodo. Sarmiento, en tanto, trató de salir desde el fondo salteando líneas. Y la primera ocasión de riesgo fue un zapatazo fortísimo de Yair Arismendi desde afuera del área que rebotó en el palo derecho de Sebastián Torrico.

Lo mejor del partido

Pero así y todo San Lorenzo no logró creación. Falló en los pases y sufrió. No es la primera vez en el torneo que su arranque queda justamente en eso, en un amague. Otra vez Arismendi, de zurda, merodeó el gol, aunque su remate exquisito dio en el travesaño. Tanto él como Javier Toledo intentaban contagiar el ímpetu a sus compañeros. Fue ahí cuando el conjunto de Junín mostró pequeñas sociedades productivas.

Las explicaciones al primer gol hay que encontrarlas en que Sarmiento fue tomando las riendas del juego. Tuvo la actitud de avanzar. Arrinconó a su rival y mostró concretos deseos de lograr los tres puntos. Harrinson Mancilla se movió como una estampilla al lado de Agustin Martegani. A los 28, Torres saltó más que ninguno tras un córner de Arismendi y metió un cabezazo preciso, esquinado.

Poco y nada demostró el Ciclón en el ataque en el primer tiempo. Apenas un remate al arco. Le costó mucho progresar con la pelota –la tuvo más, pero la utilizó peor– y tanto Nicolás Fernández como Adam Bareiro quedaron desconectados del resto de sus compañeros. Hay una realidad: era un partido para transmitir una actitud más ganadora, algo que no sucedió.

La tónica de la parte final no varió. San Lorenzo, más obligado, pero siempre confundido cuando ingresó en el área. Fue voluntarioso, pero los intentos de Centurión y Martegani se desvanecieron rápidamente. Sarmiento se cuidó desde el comienzo y se dio un gusto enorme. Torres, otra vez, sentenció la historia.

Para el final quedó el descuento de Néstor Ortigoza, de penal, a los 54 minutos del segundo tiempo y tras otra revisión de Néstor Pitana por una infracción sobre Centurión: golpe en la cara de Vismara sobre el futbolista de San Lorenzo. Pero ya no quedaba tiempo para más.

De visitante, el Ciclón ganó apenas uno de sus últimos 13 encuentros. Y en estos tiempos espinosos, la estadística forma parte de otro de los tantos números que preocupan al club. San Lorenzo desespera por donde se lo mire.