Un último obstáculo parece separar hoy a Javier Milei de su probable éxito en las urnas el domingo 22 de octubre, en la carrera que libra hacia las próximas elecciones presidenciales: un desafío personal incluso para él, como lo será el debate previsto para mañana en la UBA.
Si existen los Insaurralde, por qué no habrían de aparecer los Milei (y tener éxito)
Allí, en el salón de actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el diputado nacional libertario deberá mostrarse como un dirigente con la templanza, el aplomo y el equilibrio emocional necesario como para gobernar el país, dejando de lado los exabruptos y estridencias mediáticas con las que engolosinó en los últimos dos años -días más, días menos- a un sector significativo del electorado doméstico.
Milei logró sortear con éxito el primer round de confrontación pública entre los cinco candidatos a la Presidencia de la Nación que competirán en el cuarto oscuro dentro de apenas dos semanas: en Santiago del Estero, el economista era claramente quien tenía más para perder, después de haberse consolidado al tope de encuestas sobre intención de voto tras su resonante victoria en las primarias del 13 de agosto pasado.
El fundador de La Libertad Avanza se mostró sólido, dando continuidad a la robusta performance de su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, en el debate de candidatos a Vicepresidente el mes pasado, y este domingo deberá lidiar con un último escollo antes de doblar la curva y encarar la recta final de la campaña electoral 2023, mirando por el espejo retrovisor de momento a sus dos inmediatos perseguidores: Sergio Massa y Patricia Bullrich.
Para mañana incluso se espera que la discusión entre los aspirantes a la primera magistratura suba de tono con respecto a lo sucedido en Santiago del Estero, donde apenas se mencionó a vuelo de pájaro el escándalo en torno del ex jefe de Gabinete bonaerense Martín Insaurralde, de igual modo que los disparatados niveles de inflación que se registran en la Argentina y la disparada del dólar «blue»: en apenas una semana, la divisa estadounidense en el mercado informal subió ¡82 pesos! en Buenos Aires para ubicarse en $885, después de haber engordado $68 durante septiembre pasado.
En este contexto, es probable que Massa, como candidato presidencial de Unión por la Patria, además de ministro de Economía, intente fortalecer su estrategia defensiva y refuerce el concepto de que su eventual Gobierno «propio» será distinto al actual a partir del próximo 10 de diciembre. Por su parte, Bullrich, postulante de Juntos por el Cambio, debería mostrarse más consistente y al mismo tiempo agresiva con respecto a Milei y al ex alcalde de Tigre si pretende cautivar la atención -y el voto- de los aún hoy indecisos.
El caso de Insaurralde, fotografiado junto a la modelo Sofía Clerici en un yate en el mar de Mediterráneo, disfrutando de un pantagruélico viaje de placer, se coló definitivamente en la campaña, pese a los intentos del peronismo de bajarle los decibelios al alboroto mediático (y político). A propósito, una reciente encuesta de la firma CB Consultora reveló que más de una de cada 10 personas decidió que votará en contra del oficialismo a partir de este incidente.
¿Quién se beneficia del «yate-gate»? Está claro que tanto el líder de La Libertad Avanza como Bullrich buscan obtener provecho electoral del affaire, aunque hoy parece más probable que ese eventual «voto bronca» se fugue desde el oficialismo hacia el espacio que encabeza el economista, con su sostenido discurso anti-casta. En definitiva, si a pesar de todo existen y proliferan los Insaurraldes de la política doméstica, ¿por qué no habrían de surgir los Mileis… y tener éxito con sus discursos?
Los Martín Insaurralde -dicho sea de paso, un ex «mimado» por el kirchnerismo, hoy caído en desgracia-, que alardean de prerrogativas impúdicas como funcionarios públicos, no hacen más que fertilizar el terreno para que germine el hartazgo de la sociedad hacia la política tradicional y que florezcan, por ende, propuestas como las que encabeza un «outsider» como Milei. Nada que no haya sucedido, por cierto, en otros países.
El escándalo en torno a Insaurralde «cambió la campaña en términos cualitativos», sostuvo a Noticias Argentinas el director de la consultora Opina Argentina, Facundo Nejamkis, que agregó que ahora la disputa por el segundo lugar entre Massa y Bullrich parece haber quedado más abierta. Tras las primarias, Unión por la Patria había tomado la delantera con relación a Juntos por el Cambio en la lucha por ingresar al balotaje, acotó.
«Es posible que haya gente que defina su voto mirando el debate», sostuvo Nejamkis, en la antesala del encuentro previsto para mañana en la UBA a partir de las 21, con la participación también de Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y de Myriam Bregman (Frente de Izquierda). A partir de lo que ocurra este domingo, los indecisos podrían resolver cuál sería la «mejor forma de castigar al Gobierno» el próximo 22 de octubre en las urnas, tras el incidente protagonizado por el actual intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia, sostuvo el consultor. «Fue una semana muy mala» para el oficialismo, insistió.
Justamente, el despilfarro de ostentación de Insaurralde en el mar Mediterráneo se produjo apenas después de que Massa lanzara una serie de medidas -electoralistas- en busca de mitigar el impacto de la inflación en el bolsillo de los trabajadores, mientras voceros del oficialismo admiten en charlas de café que al cabo de casi cuatro años de gestión del ex Frente de Todos en el poder «a la gente le cuesta llegar a fin de mes».
«Lo nuestro debería ser realmente un caso de estudio, porque a pesar de nuestra interna (política) y de la inflación, nuestra fuerza es increíblemente competitiva», planteó una fuente del peronismo bonaerense en diálogo con esta agencia. «En estas condiciones tendríamos que estar arruinados, con el descalabro que genera la situación económica en un sector de la sociedad, pero estamos ahí, y si llegamos a ganar nosotros las próximas elecciones, no nos ganan más», subrayó.
«Ahora lo que está por verse es si Milei es un cohete o si ya convocó a toda la gente enfurecida que tenía para convocar», agregó. Además, consideró que es poco probable que el «affaire Insaurralde» complique en demasía las aspiraciones de Axel Kicillof en la Provincia, dado que el ex jefe de Gabinete bonaerense no es un dirigente del riñón del gobernador, que incluso en su momento (hace dos años) «peleó por la continuidad de (Carlos) Bianco» en ese cargo, aunque sin éxito frente al planteo de recambio que impulsaban Cristina Kirchner y compañía. «Sería muy raro que perdiéramos esta elección», dijo la fuente consultada por NA, con respecto a lo que pueda llegar a suceder en el principal distrito argentino.
De cualquier modo, en Juntos por el Cambio se entusiasman con la posibilidad de desbancar a Kicillof, con Néstor Grindetti como candidato a gobernador, sobre todo después de recibir encuestas sobre intención de voto que ubican a Bullrich dos puntos por delante de Massa en el escenario nacional: «¿Es margen de error? Sí, pero hace tres semanas estábamos terceros y parecía que no teníamos chances», comentó una fuente de la coalición opositora en declaraciones a esta agencia. «Y ante la amenaza de Milei, con Patricia entrando en un balotaje, la gente de a pie, los trabajadores, lo van a pensar dos veces y a Milei no lo votan ni de casualidad», acotó finalmente.