«El que mejor mide es (Sergio) Massa», subraya un intendente peronista del conurbano bonaerense en un encuentro con periodistas en el centro porteño, consultado por las discusiones sobre precandidaturas presidenciales que tensionan por estos días la atmósfera interna en el oficialismo. Daniel Scioli «es un amigo» y a Eduardo «Wado» de Pedro «le falta rodaje», acota.
Sin mucho margen para el «efecto sorpresa», el kirchnerismo apunta su mira al norte: ¿se viene Manzur?
Resta apenas una semana para el cierre de listas y la «rosca» se tornará cada vez más intensa en las próximas jornadas en el ahora ex Frente de Todos (flamante Unión por la Patria), al igual que en Juntos por el Cambio. Queda mucho por resolver aún antes de la fecha límite del sábado 24 de junio, tanto en el ámbito nacional como en la estratégica provincia de Buenos Aires.
En este sentido, el dirigente justicialista -de vasta trayectoria- con el que dialogó Noticias Argentinas sostuvo que los jefes comunales respaldan las intenciones del gobernador Axel Kicillof de ir en busca de la reelección este año e incluso se lo manifestaron a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner: «Ella nos dijo que sí», indicó. Entonces, ¿por qué aún no está confirmada la postulación del mandatario en el distrito bonaerense? «Y… La Cámpora…», respondió el intendente, durante una reunión organizada con motivo del Día del Periodista.
Tanto Cristina, indiscutible jefa política de la alianza gobernante, como su hijo Máximo Kirchner, líder de la agrupación ultra-K que pugna por ganar espacios de poder en la provincia de Buenos Aires -y, por cierto, uno de los dirigentes más sobrevalorados de los últimos años- se han puesto definitivamente al frente de la discusión electoral en Unión por la Patria. De todos modos, parece claro que el escenario de indefinición por el que transita el kirchnerismo obedece al nivel de complejidad de las decisiones que hoy deben tomarse.
El panorama no es sencillo para los estrategas del ex Frente de Todos (FdT), mientras el tiempo corre y se agota el margen para recurrir a un eventual «factor sorpresa», como aquel golpe de efecto determinante que le asestó Cristina a la campaña de 2019 con la designación -a dedo- de Alberto Fernández como candidato a jefe de Estado. Dicho sea de paso, cuatro años después, la relación entre ambos da la sensación de que está completamente rota y con posturas irreconciliables.
Fernández insiste en llevar al oficialismo a las PASO, mientras el «albertismo» -o lo que queda de él- apuntala las pretensiones de Scioli de competir este año por la Presidencia de la Nación. En esa carrera también está anotado Agustín Rossi, aunque en el entorno del actual embajador argentino en Brasil ven al jefe de Gabinete como un posible compañero de fórmula del ex gobernador bonaerense dentro de dos meses.
La relación que forjó Scioli con los intendentes peronistas durante sus ocho años como mandatario provincial permite que los jefes comunales del Justicialismo miren con ojos compasivos su precandidatura: «Es un amigo», aseguran. Sin embargo, consideran imprudente someter a Kicillof a una interna y por ese motivo le bajan el pulgar a Victoria Tolosa Paz, ministra de Desarrollo Social de la Nación y, por el momento, aspirante a la Gobernación de cara a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto.
Cristina y Massa juegan al misterio
Claro que aún está por verse si Kicillof logrará resistir con éxito las presiones del kirchnerismo para que salte el cerco y se postule para suceder a Fernández en la Casa Rosada. En tal caso, un grupo de dirigentes bonaerenses del Partido Justicialista (PJ) se entusiasman con la posibilidad de que el jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde, o bien el ministro de Obras Públicas nacional, Gabriel Katopodis, puedan competir por el sillón que dejaría vacante el ex titular del Palacio de Hacienda en La Plata. Ambos tienen experiencia, por cierto, como alcaldes en el Conurbano: uno en Lomas de Zamora y el otro en San Martín, respectivamente.
En el variopinto abanico de alternativas electorales que se baraja por estas horas en el oficialismo se incluye lógicamente también la «opción Massa». El ministro de Economía coquetea con una posible precandidatura presidencial, aunque en su entorno allegados muy cercanos al tigrense -como publicó NA la semana pasada- le sugieren que se postule para gobernador bonaerense, si finalmente Kicillof se suma a la contienda nacional.
La incertidumbre en torno de la decisión que debería tomar Cristina sobre quién será «su» contrincante en la pelea por la sucesión de Fernández, en momentos en los que Scioli insiste en que no se baja de las PASO, además de acotar los tiempos para echar mano -eventualmente- a un «as bajo la manga», refuerza la inercia en torno de «Wado» de Pedro como candidato a medida que se aproxima la fecha límite del 24 de junio.
Es decir, en tanto y en cuanto la jefa del espacio oficialista no designe a otro, da la sensación de que el postulante K con vistas a las internas de agosto será él, por más que le falte «rodaje», según planteó el «barón del Conurbano» consultado por esta agencia en los últimos días. Sin embargo, como sucede con Kicillof e incluso con el propio Massa, tampoco parece definido hoy qué rol desempeñará el ministro del Interior en la próxima compaña electoral.
«Sin Massa en las boletas, con ‘Wado’ no alcanza», sostuvo a Noticias Argentinas una fuente del albertismo, en referencia a las probabilidades de Unión por la Patria de retener al menos el poder en la provincia de Buenos Aires, en el caso de trastabillar en los comicios nacionales. En ese contexto, destacó el impulso adicional que el sciolismo podría otorgarle a la oferta electoral del peronismo en ese distrito.
En los últimos días en esa jurisdicción, sciolistas y camporistas se enfrascaron en un acalorado debate sobre cómo deberían quedar escalonadas las boletas después de las PASO, en el caso de que finalmente el ex FdT vaya a internas. «Todo el revuelo que se armó fue por el puesto quinto y el undécimo en la lista de candidatos a diputados nacionales. El escenario de primarias no tiene mucho sentido así», sostuvo una fuente cercana al núcleo duro K en diálogo con esta agencia.
En este contexto, trascendió hace apenas horas que el kirchnerismo podría recurrir a lo que muchos ven como un «último recurso» para intentar desactivar la patriada que lidera Scioli: apostar por la «alternativa Manzur». Ocurrió anteriormente, cuando el Gobierno mordió el polvo en las PASO de 2021 y Juan Manzur desembarcó en la Casa Rosada -con el respaldo de Cristina- como jefe de Gabinete. Ahora, el gobernador de Tucumán podría regresar a Buenos Aires para sumarse a la contienda nacional.
Una opción para desalentar a Scioli
«Ando con ganas de postularme», aseguró Manzur en estos días, en un claro mensaje hacia el interior de Unión por la Patria. En el caso de que se zambulla en la competencia electoral, ya sea como precandidato a presidente o a vice (de Massa, de Kicillof o hasta de «Wado» de Pedro), su inclusión en una fórmula peronista, bendecida además por gobernadores justicialistas que reclaman una «lista de unidad con integración de carácter federal», podría forzar a Scioli, como mínimo, a replantearse su postura seguir adelante.
En su entorno afirman que las ambiciones del ex motonauta se mantienen robustas, pero con Manzur en la cancha sus perspectivas de competitividad en las urnas podrían sufrir un golpe significativo, especialmente en el interior del país. En filas sciolistas, no obstante, insisten en que se están preparando para presentar listas en toda la nación, ya sea por adentro o por fuera de Unión por la Patria. Este mismo sábado, por cierto, anunció el nombre de su espacio: «Unidos triunfaremos».
Al igual que en el oficialismo, en la oposición también numerosas fichas aún deben acomodarse en el tablero de ajedrez electoral. Por el lado de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich coquetea con el jefe del radicalismo bonaerense, Maximiliano Abad, que también figura en los planes del larretismo como eventual compañero de fórmula de Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires.
Bullrich le ofreció a Abad no solo la posibilidad de secundar en las PASO de agosto a Néstor Grindetti, su precandidato a gobernador bonaerense, sino también ascender considerablemente de liga y postularse para vicepresidente de la Nación, según dijeron a esta agencia altas fuentes del radicalismo. En tanto, el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y el mandatario cordobés, Juan Schiaretti, juegan al «piedra, papel o tijera» sabiendo que el ganador podría acompañar al otro aspirante presidencial del PRO dentro de JxC, Horacio Rodríguez Larreta.
Tanto Bullrich como el alcalde porteño ven a Maxi Abad como una suerte de talismán para seducir al tradicional votante radical de la Lista 3, de perfil social-demócrata, en el interior del distrito bonaerense, allí donde Santilli y Grindetti por igual necesitan robustecer su rendimiento en encuestas sobre niveles de conocimiento e intención de voto.
Esto en la provincia de Buenos Aires: en el ámbito nacional, la propuesta de la ex ministra de Seguridad de convocar a Abad para que la secunde en la fórmula como mínimo causa sorpresa. Incluso por el lado del radicalismo, aún se esperan novedades con respecto al papel que desempeñará Facundo Manes en la próxima campaña electoral: ¿sigue firme su precandidatura presidencial? Un manto de incógnita cubre también su futuro.
Por último, en Chaco, en medio de una coyuntura dramática por la desaparición y el presunto femicidio de Cecilia Strzyzowski, el gobernador Jorge Capitanich buscará este domingo sortear una primera instancia electoral clave para sus aspiraciones de reelección. Está por verse allí el grado de condena social que los votantes de esa provincia expresen en las urnas, mientras la familia de la joven de 28 años prácticamente ha perdido las esperanzas de encontrarla con vida.