La igualdad de género es un DERECHO HUMANO FUNDAMENTAL y es esencial en todos los ámbitos de una sociedad INDEMNE. Un derecho que se llevo la vida de 129 mujeres un 8 de marzo de 1908.
¿Ahora, somos la generación de la igualdad?
Aún no, porque mientras no se dé naturalmente, considero que nos falta mucho por entender como comunidad.
Por su puesto que todo proceso requiere de la iniciativa de personas valientes, personas que salen de su zona de confort para dejar una conciencia colectiva mediante la inspiración y no por mandato.
El mundo necesita más mujeres que se animen y decidan ocupar cargos de decisión y de responsabilidad, mediante la ACCIÓN y no esperar el permiso para poder hacerlo.
Digo esto porque tampoco es fácil, debemos estar preparadas para la ingratitud, para restar tiempo a nuestros hijos, estar preparadas para elegir el camino del liderazgo.
Estamos en el límite del odio al hombre, y eso no me enorgullece.
No me enorgullece porque eso no es equidad. Igualdad es para mi poder transitar juntos en este camino de construir una sociedad más justa y más igualitaria donde todos tengamos las mismas oportunidades.
He sido una privilegiada ya que, a pesar de haber tenido una vida muy dura, siempre encontré ángeles que me motivaron a seguir, que hacían con sus enseñanzas y acciones que confiara en mí, que me dieron impulso a desenvolverme en la vida como un ser humano único y valioso, jamás me condicionaron por mi género. Estos ángeles tienen nombre y apellido, desde mi familia, mi maestra, mi profesor de periodismo, mi directora, mi compañera de trabajo, mi esposo, mis hijos, mis compañeros dirigentes, mis amigos independientemente de su género; sus valores los posicionaron en mi vida como pioneros de una personalidad fuerte. Una personalidad que tuvo que afrontar los desafíos más dolorosos, desde abuso cuando era una niña, hasta perder un hijo hace apenas 1 año. Y aún sigo aquí de pie… queriendo cambiar el mundo, queriendo ser luz para cualquier mujer u hombre que lo necesite.
Requerimos más mentores así, que sean los embajadores de la igualdad, más seres humanos ángeles que desde el amor y la comprensión, mediante la inspiración y la motivación, nos animen a ser mejores y a ser parte de una sociedad, a la que hay que enseñarle mucho en materia de género, de discapacidad, de OPORTUNIDADES.
Para terminar y para dejar un mensaje desde mi juicio personal, seremos la generación de la igualdad cuando profundicemos en la escuela hablar de las emociones y de educación financiera, por ejemplo.
Seremos la generación de la igualad cuando ninguna mujer, hombre o niño sufra violencia. Cuando hablemos de salud mental y los suicidios no sean la salida a sentirnos incomprendidos.
Seremos la generación de la igualdad cuando a ningún niño le falten los útiles para ir a la escuela, o cuando ninguno de ellos deba asistir a un comedor.
Seremos la generación de la igualdad cuando hombres y mujeres caminemos juntos en una sociedad más justa, digna y empática. Y cuando no exista una brecha salarial entre hombres y mujeres.
Si la igualdad de género significa que todos debemos tener los mismos derechos, recursos, oportunidades y protección … considero que aún nos falta mucho por hacer.
Dejemos de decir lo políticamente correcto y expresemos lo que sentimos, sin temor a los prejuicios que, independientemente del género que los emita, causan el mismo daño a la libertad de expresión.
*Estas palabras surgen en el marco de la participación de Marianela Mucciolo del Conversatorio de Mujeres que realizó hoy la Dirección de Género del Gobierno de Junín, y que se denominó “¿Somos la generación de la igualdad?”