Los turistas se sorprendieron al pagar la cuenta: cuando llegó el ticket debieron juntar una cantidad de billetes inusitada para ellos, y eso generó sorpresa.

Asombrado por el hecho, el empresario, sin emitir opinión, se limitó a capturar el momento y describir la imagen: «Acaban de pagar el almuerzo unos brasileños».

Instantáneamente, los seguidores empezaron a hacer cálculos y arriesgar cuanto salió el almuerzo. Otros, optaron por reconocer el efecto de la inflación y lo poco que valen los billetes argentinos.

La situación no es nueva. En octubre del año pasado, el diputado de brasileño e hijo del expresidente Bolsonaro, visitó la Argentina, y se hizo viral por burlase, con un video, de la misma situación: subió a la redes un video contando los billetes de mil, en pequeños grupos, para luego juntarlos y hacer un fajo similar al de la foto.

Lo que se ve en realidad, es el impacto de la inflación en Argentina y la depreciación de la moneda respecto del dólar. Los turistas que no están acostumbrados a esta inestabilidad monetaria, se sorprenden. Esto abre diversos y repetidos debates sobre aumentar la denominación del billete, para no transportar tantos y por una cuestión de economía. Termina resultando incómodo, peligroso y costoso. Tanto para el Gobierno, que debe imprimir en distintos países los billetes, e importarlos ya que la Casa de la Moneda no da abasto, como el costo de logística para reponer cajeros y repartir en las entidades bancarias.

En el país el billete de mayor denominación es el de $2.000 pesos que está en circulación desde el 22 de mayo de este año, y del que aún no se ven muchos en circulación.

Lo cierto es que con un billete argentino de la mayor denominación no llega a comprar 4 dólares, según el tipo de cambio informal.

El miércoles, el dólar blue rompió la barrera de los $500 pesos y alcanzó al yaguareté, quedando solo los dos billetes de mayor denominación por encima del valor de un dólar.