Tres días después Vélez le ganaba a Colón por 3-1 con Sebastián Méndez como entrenador y se salvaba del descenso, un fantasma con el que había convivido durante todo ese año. Unos días más tarde, el 8 de diciembre, Méndez renunció a la dirección técnica del plantel por el alejamiento de Christian Bassedas del puesto de director deportivo.

El sábado 23 de diciembre, luego de dos semanas, la nueva dirigencia optó por el entrenador boliviano argentino, Gustavo Quinteros, quien regresaba al fútbol argentino después de 16 años, es decir una apuesta de riesgo.

El 31 de diciembre, Berlanga y Costa, avalados por los socios, decidieron dar de baja al sponsor de la camiseta del club, BPlay, porque consideraban que no era pertinente tener como auspiciante a una casa de apuestas deportivas.

«Teníamos claro que Vélez fue históricamente un club vinculado al trabajo, la producción y el compromiso con la realidad nacional. No queríamos estar vinculados comercialmente a empresas relacionadas con apuestas, criptomonedas o con financieras, que son las compañías que están apostando mayormente al fútbol», dijo en aquel momento Augusto Costa. Y agregó: «Corríamos el riesgo de quedarnos sin sponsor, lo que iba a ser un problema. Pero tampoco era cuestión de hipotecar nuestros principios».

Vélez debutó en la Copa de la Liga 2024 ante Barrancas Central el 26 de enero y empató 1-1. Luego perdió como local con Independiente 1-0 y con River -como visitante- 5-0. En el siguiente igualaba 1-1 con Gimnasia hasta el minuto 53 del segundo tiempo, cuando Aquino marcó el 2-1 de penal. Durante el encuentro, la gente pedía la cabeza de Quinteros y de los jugadores. Finalmente, el juego terminó 3-1 por un gol de Pizzini a los 55.

En ese enfrentamiento estaban en el banco Sebastián Sosa, José Florentín y Abiel Osorio, quienes el 2 de marzo, junto a Braian Cufré, debieron ser separados del plantel por una denuncia de abuso sexual realizda en Tucumán luego del empate 0-0 ante Atlético. El 25 de marzo se confirmaron las prisiones preventivas para Florentín, Osorio y Cufré y Sosa quedó imputado en libertad.

El 6 de abril, Vélez cerró un acuerdo con Saphirus, una empresa argentina que fabrica aromatizadores ambientales y que fue fundada en 2010. Saphirus respondía a los parámetros establecidos por Costa: estaba vinculada a la producción nacional.

El 17 de abril se le rescindió el contrato a Sosa y el 23 del mismo mes se tomó la misma determinación con los otros tres implicados. «Más allá de la cuestión judicial, Vélez tomó la decisión porque los cuatro jugadores rompieron el pacto laboral, ya que lo que pasó en Tucumán está prohibido por contrato, desde el consumo de alcohol hasta el ingreso a la concentración de personas ajenas al club», dijo Costa. «Vélez tiene un protocolo por violencia de género que debe cumplir. Si no tomábamos una decisión de esta naturaleza no estábamos dando un ejemplo al plantel, a los socios y a la sociedad».

O sea, los conflictos aparecían por todas partes, y no precisamente por cuestiones únicamente deportivas.

A todo esto, el rendimiento del equipo se estaba enderezando y, de pedir la cabeza del entrenador, se pasó a un mesurado entusiasmo. Desde aquel empate en Tucumán, Vélez obtuvo cuatro triunfos, un empate y una derrota, con 5 goles a favor y 2 en contra y alcanzó los cuartos de final de la Copa de la Liga.

Allí le ganó 2-1 a Godoy Cruz y pasó a semis. Luego igualó 0-0 con Argentinos y pasó a la final al vencer 4-2 en la tanda por penales. Siete días después igualaba 1 a 1 con Estudiantes y luego perdía por penales por 4-3, por lo que se quedó con un subcampeonato más que meritorio si se tiene en cuenta las vicisitudes que vivió y las diferentes alternativas que soportó el equipo.

Es más que obvio que nadie sabe cómo va a terminar la aventura Berlanga-Costa al frente de Vélez. De hecho, en la Liga Profesional, Vélez arrancó con una derrota 3-1 con Gimnasia, en La Plata.

Las variables son infinitas y, para colmo, todo está atado al asunto más azaroso que uno se pueda imaginar: los resultados deportivos. Sin embargo, después de cinco meses de recorrido, se puede afirmar que la dirigencia de Vélez aparece como una rara avis en el mundo del fútbol. El asunto es si estas políticas y ética se podrán sostener a lo largo del tiempo.