Según Miguel Ángel Rosales, excompañero de trabajo de Dalmasso, tanto la policía como el círculo íntimo de la víctima «encubrieron el hecho» y que a su criterio el debate oral «es un circo».
Un testigo criticó la investigación y apunto contra Macarrón por el crimen de Nora
Un compañero de trabajo de Nora Dalmasso, la mujer asesinada en noviembre del 2006 en su casa de la ciudad cordobesa de Río Cuarto, consideró este martes que el viudo Marcelo Macarrón es el «culpable» del femicidio y calificó como «pésima» la investigación del caso.
En una nueva audiencia del juicio por jurados que se le sigue al viudo como instigador del crimen, el testigo Miguel Angel Rosales (58) aseguró que tanto la policía como el círculo íntimo de la víctima «encubrieron el hecho» y que a su criterio el debate oral «es un circo».
Rosales (58) fue compañero de trabajo de Dalmasso (51) en el Banco de Córdoba y afirmó: “Cada paso que se ha dado en la investigación fue para encubrir. Todos han encubierto”, tanto la “policía y el círculo íntimo. El juicio es un circo”.
Incluso apuntó también contra los hijos de la víctima, Facundo y Valentina, al sostener que “los hijos también la mataron en estos 16 años. Cada aniversario la siguen matando. Nora ya está muerta, no hay que matarla más”, pidió Rosales y calificó a la víctima como una “excelente persona, solidaria y que ayudaba a un montón de gente”.
Asimismo dijo que seis años después se enteró que Macarrón (62) intentó involucrarlo en la causa, aunque no dio detalles al respecto, y aseguró que, de acuerdo a sus sospechas, el caso «va a terminar impune».
Al ser consultado por la prensa si ve a Macarrón como autor del hecho que se juzga, Rosales respondió sin dudar: “Sí. Culpable desde el mismo día” en que ocurrió el asesinato.
Recordó que durante la instrucción de la causa, el entonces jefe de Investigaciones de la policía provincial, comisario Rafael Sosa, lo había citado para declarar y que fue “apretado” por el efectivo y que lo acusaba de drogadicto, traficante de drogas, que le pegaba a las mujeres y que tenía hijos no reconocidos en La Rioja.
Como viene sucediendo desde hace cuatro audiencias, Macarrón nuevamente se presentó en la apertura del debate oral y público y luego pidió autorización para retirarse, a lo que el tribunal accedió haciendo caso a la recomendación médica debido a la afección coronaria que padece.
El abogado Marcelo Brito, defensor de Macarrón, pidió al tribunal que se autorice prescindir de alrededor de 70 testigos, a los cuales consideró que no hacen aportes al objeto de la acusación que enfrenta el viudo, ya que fueron testimonios que se dieron en el marco de la instrucción de otras acusaciones y líneas investigativas.
Los jueces corrieron vista al fiscal Julio Rivero para que, en el término de diez días, se expida al respecto para luego resolver sobre el planteo.
Para este martes estaban citados seis testigos, de los cuales se presentaron cuatro, y los dos restantes fueron incorporados por lectura los testimonios prestados durante la instrucción.
En ese sentido declaró Oscar Bonetto, quien trabajó con Nora en el Banco de Córdoba y fue novio de Nora por un corto período cuando ambos eran jóvenes, y dijo que lo único que pretendía es que “este juicio termine con la verdad”.
La audiencia cerró con muy breves testimonios de Pablo González, cajero de un bar de la ciudad de Río Cuarto donde Nora se reunió con unas amigas, y Martín Almagro.
Macarrón es el único imputado en este proceso, quien responde por el delito de «homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal», que contempla prisión perpetua.
Según el requerimiento fiscal de elevación a juicio, en fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón, “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”.
Añade que la intención fue de «obtener una ventaja, probablemente política y/o económica» y sostiene que, para eso, «planificó dar muerte a su esposa, Nora Dalmasso».