Hoy nuevamente nos encontramos con una medida sorpresiva: un ajuste de $70.000 en Educación. Esta medida comprueba una vez más que para este Gobierno la educación no es prioridad.
Una vez más la educación no es prioridad: «tijeretazo al Presupuesto Educativo»
Ello se vio a las claras durante la pandemia, cuando dejaron transcurrir más de 18 meses sin clases presenciales, generando consecuencias irreversibles para muchos niños, niñas y adolescentes. No olvidemos que más de un millón de alumnos dejaron la escuela y la desigualdad educativa creció y se multiplicó.
Sin dudas, estamos atravesando una real tragedia educativa, por eso más que nunca necesitamos fortalecer el sistema educativo.
La calidad de los procesos de enseñanza debe ser mejorada para que los chicos puedan recuperar los aprendizajes que no pudieron alcanzar durante el tiempo de pandemia.
En esta dura realidad, el tijeretazo del recorte se hace justamente en áreas como educación, salud y hábitat, justo ahí donde las necesidades son urgencias y donde se requiere la mayor presencia de un Estado que gestione, acompañe y no recorte.
Pero, otra vez, el relato vacío y el discurso mediático se caen. Hoy tenemos la prueba irrevocable de que ni la Educación ni la salud son su prioridad.
En este contexto desgarrador, de una profunda crisis que afecta directamente a las infancias más vulneradas, se necesita más presupuesto e inversión en educación. Porque allí, en la formación de las nuevas generaciones, es en donde se juega el futuro de la Argentina.
Sin embargo, una vez más, la decisión es hipotecar el futuro.