UN EVENTO DEL INTI

Vapor Moderno, una técnica del siglo XVIII, se fomenta ahora como alternativa de energía sustentable

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial brindará un homenaje al ingeniero Livio Dante Porta, considerado el padre de este elemento que genera energía, cuyo legado aún impulsa desarrollos tecnológicos en el sistema ferrocarril.

Fuente: Télam
vapor mederno

Las máquinas a vapor, una invención de fines del siglo XVIII, tienen su reconocimiento en la Semana del Vapor Moderno, un evento que desde este lunes llevará adelante el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), en el que también rendirán homenaje, a 100 años de su nacimiento, al ingeniero entrerriano Livio Dante Porta, considerado el padre del Vapor Moderno, cuyo legado aún impulsa desarrollos tecnológicos en el sistema ferrocarril y la generación de energía sustentable en el país.

Así lo explican los expertos Pablo González Táboas y Pablo Romero, ingenieros mecánicos del Departamento de Ensayos No Destructivos y del Área de Eficiencia Energética del INTI respectivamente, quienes coincidieron en la importancia de poner en valor la historia de esta tecnología en el país y de seguir fomentando su uso «ya que aún tiene mucho por aportar».

Iniciados sus desarrollos a fines del siglo XVIII, las máquinas a vapor se perfeccionaron con el tiempo hasta alcanzar su apogeo en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, especialmente en lo referido a las locomotoras, que impulsaron la construcción de vastas redes ferroviarias tanto públicas como privadas, que más tarde serían reemplazadas por las locomotoras diésel y la electrificación del sistema.

«El vapor moderno, un concepto sobre el que trabajó mucho el ingeniero Dante Porta, buscaba avanzar sobre los desarrollos de ese vapor clásico, el que conocemos de la primera Revolución Industrial y al que todavía le faltaba alcanzar mucha más eficiencia y optimizar más los procesos termodinámicos del vapor», explicó a Télam González Táboas.

Por sus desarrollos en esta tecnología entre las décadas de 1940 y 1980, especialmente en el sistema ferroviario, Porta es considerado el padre del Vapor Moderno y un referente internacional hasta el día de hoy, con gran influencia en Sudáfrica, Cuba, Paraguay, Estados Unidos y Reino Unido, entre otros países.

Sin embargo, aún con notables avances, el vapor moderno «no se ha podido explotar en todo su potencial», expresó el especialista del INTI y aseguró que «es un desafío lograr que se siga desarrollando como medio de transporte energético».

Una iniciativa del INTI
En ese marco y en coincidencia con el centenario del nacimiento de Porta, la Junta Nacional de Inspección de Calderas y Recipientes a Presión, una iniciativa impulsada por el INTI desde hace una década, llevará adelante la Semana del Vapor Moderno, con la presencia de trenes Argentinos Capital Humano y Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado.

Las actividades se desarrollarán desde el próximo lunes hasta el 23 de septiembre en el Parque Tecnológico Miguelete, en la localidad bonaerense de San Martín, con una agenda que incluye ponencias de especialistas en el uso de vapor en distintos ámbitos.

«Es un justo homenaje a Dante, que debería ser un profeta en su tierra, por sus aportes técnicos pero también por su forma de ver el país y la patria ferroviaria», dijo González, y destacó que, tiempo atrás, la Argentina fue cuna «de los mejores desarrollos en vapor moderno y ferrocarriles y es a partir de ahí que tenemos que trabajar para seguir creciendo como país».

«Lo que Porta buscaba siempre era reducir las ineficiencias de una máquina, desde una óptica termodinámica de la misma y no una puramente mecánica», explicó por su parte Romero, quien hace más de una década trabaja en el Área de Eficiencia Energética del INTI, que Porta integró entre 1960 y 1983.

Porta, el padre del vapor moderno
Entre otros aportes, el ingeniero impulsó la modernización de los pistones y de las válvulas de distribución del vapor en los motores, con diseños capaces de trabajar con buena lubricación a temperaturas del vapor mucho mayores de las usadas hasta entonces, logrando como resultado de sus innovaciones casi duplicar la eficiencia de una locomotora de aquella época.

Además, fue el creador de un tratamiento de agua específico, considerado «uno de los más grandes aportes a la industria ferroviaria».

«Él observaba que había problemas con el agua que le ponían (a los ferroviarios) en las estaciones, que variaba mucho de calidad, entonces creó un tratamiento que fuera independiente de la calidad de agua que le pusieran a la caldera. Eso fue bastante revolucionario para lo que había en ese entonces», sostuvo el especialista.

Sus apuntes son hoy documentos de un «enorme valor histórico y científico» y sus desarrollos técnicos siguen vigentes en distintas tareas del INTI, como la puesta en valor de distintos elementos a vapor, incluidas las locomotoras, o el desarrollo de proyectos en energías alternativas con tecnologías del vapor moderno.

«El INTI tiene su función de asistir a las industrias en torno a la optimización y sustentabilidad de los procesos y justamente apoyados muchas veces en aplicaciones del vapor moderno es que se logra la mejora de la eficiencia energética, que a su vez hace a los procesos más sustentables, que es lo que necesitamos hoy en día», explicó González.

El proyecto
Desde el año 2013 y bajo los lineamientos de aquel «sabio ingeniero», especialistas del instituto trabajan en la restauración y modificación con fines turísticos de una antigua locomotora a vapor del municipio bonaerense de Ayacucho, con la idea de unir esta localidad con Tandil e incluso llegar también a Maipú y Barker.

Asimismo, son los encargados de mantener y controlar los emblemáticos ferrocarriles a vapor «Tren del Fin del Mundo» en Tierra del Fuego, donde Porta realizó indispensables aportes, y «La Trochita» en Chubut.

Además de resultar atractivos para los posibles fines turísticos, los expertos aseguraron que representan una gran oportunidad para fomentar un desarrollo sostenible de los sistemas de transportes públicos e industriales en base a la tracción a vapor moderno, que resulta a su vez extensible a la producción de otros elementos a presión.

«Esto debe ser la base para reconocernos como un país que puede lograr mucho desarrollo tecnológico, ferroviario o de lo que sea, que es la base para crecer como nación», concluyeron.

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